En un año en el que la nostalgia y los retornos marcaron buena parte de los contenidos televisivos creados por Netflix, Gilmore Girls: A Year in the Life probablemente resultó el más creativamente rico y fiel a su propia leyenda.
Actualizado: Martes 29 de Noviembre de 2016 - 10:34 hs
En un año en el que la nostalgia y los retornos marcaron buena parte de los contenidos televisivos creados por Netflix, Gilmore Girls: A Year in the Life probablemente resultó el más creativamente rico y fiel a su propia leyenda. Eso no quiere decir que los cuatro episodios de 90 minutos -y algo más, en el caso del último-, fueran siempre perfectos y acertaran todas las notas, pero lo mismo sucedió con los más de 150 capítulos de la serie original.
A veces geniales y a veces demasiado Pinterest y adorables para su propio bien, las siete temporadas de la ficción creada por Amy Sherman-Palladino, demostraron lo que una dramedy con grandes personajes y notables guiones puede hacer. Por un lado, cultivar una legión de fanáticos empedernidos en todo el mundo y, por el otro, permanecer en la memoria de los espectadores, transformado en un artefacto de la cultura popular tan citable e inolvidable como los cientos que aparecieron en esos diálogos a la velocidad de la luz entre Lorelai ( Lauren Graham ) y Rory (Alexis Bledel). Y que ahora vuelven, una estación del año a la vez. Para quienes aún no terminaron de ver los cuatro flamantes telefilms que ya están disponibles en Netflix, claro: HAY SPOILERS.
Invierno
Todo comienza con el reencuentro del dúo dinámico. Lorelai y Rory se vuelven a ver, después de lo que "parecen años" de separación, en el centro de la plaza de Stars Hollow, el pueblo que aman y las ama a su vez. La recorrida incluye una puesta al día, una aparición especial de Lane (Keiko Agena), todavía la mejor amiga de Rory, y otra de Kirk (Sean Gunn), todavía el más excéntrico en una aldea de excéntricos. Y si esa vuelta funciona a las mil maravillas, con un poco de nostalgia, otro poco de humor y emoción, la premisa de la vida actual de Rory, una periodista freelance resuelta a disfrutar de no tener casa ni ataduras, pone al personaje en una trayectoria algo desordenada y no demasiado interesante. Pero por supuesto, lo mejor del primer episodio del cuarteto vuelve a ser, como antaño, la compleja relación entre Lorelai y Emily (Kelly Bishop). Todos los viejos conflictos y heridas están enfatizados por el duelo por la muerte del patriarca, Richard Gilmore (Edwad Herrmann). Sherman- Palladino no sólo homenajea a su personaje y al actor que lo interpretaba (que falleció en 2014) sino que produce una de las escenas más conmovedoras de toda la serie con madre e hija en el centro del torbellino.