A esta edición del Dakar que terminó el sábado le faltó un apellido: Patronelli. Por consiguiente, también le faltó un argentino que, desde los pronósticos, peleara por un trofeo. Los hermanos de las Flores, Alejandro y Marcos, se repartieron cinco títulos en la categoría cuatriciclos en las nueve ediciones que el raid disputó en Sudamérica. ¿Por qué no corrieron este año? Ya habían avisado que le iban a dedicar más tiempo a la fábrica familiar de acoplados y transportes que lleva su apellido.
Olé ubicó a Marcos en Pinamar, donde la flía fue a pasar el fin de semana. El tema era el Dakar 2018. ¿Vuelven? De entrada, Loquillo, de 36 años (Alejandro tiene 38), soltó: “Vamos a tener que volver”. Pero va a tener que cambiar el reglamento de los UTV. Si lo hacen, con Ale nos metemos ahí”. Epa.
UTV es la nueva categoría que largó esta temporada, similar al buggy, pero con piloto y acompañante (ver Debut sin éxito ).
-¿Qué tendría que pasar para que corran?
-Tendría que cambiar el reabastecimiento de combustible. Cargan como 200 litros y llegan de una, un disparate, no anda como tiene que andar. Pero escuché, no lo tengo claro, lo tendré que hablar con Marc Coma ( NdeR: director deportivo de la carrera), que puede haber cambios. Poniendo menos combustible se va poner mucho más rápida la categoría; si no, anda para atrás. Tendría que ser como un cuatri mas grande, tirando a un auto. Obviamente, sería con Yamaha, para seguir con la marca.
-¿Cuatri, no?
-Me parece que el cuatri es una etapa terminada. Me gustaría seguir corriendo, pero en cuatri no nos falta hacer nada. Corrimos, ganamos, estamos muy bien. Y en cuanto a otras categorías, con Ale nos queremos retirar ganadores, no perdedores. No es cuestión de subirse a cualquier cosa. Un auto, por ejemplo, nos falta experiencia. Para nosotros, correr y llegar 20º no tiene mucha gracia. Porque en el Dakar hay dos competencias distintas: lo corrés para andar entre los primeros cinco o vas mucho más despacio, cuidando el vehículo, para llegar, pero te falta la adrenalina de la competencia. Humildemente, lo que digo siempre es que nosotros corremos para competir, para ir lo más rápido posible. Por eso creo que el UTV es una buena opción que nos puede permitir, si podemos, andar a fondo. Y si no llegamos, no llegamos.
-¿Le tenés fe a la categoría?
-Sé que, de producirse los cambios, se van a sumar muchos competidores. Si le damos manija y corremos con Ale se van a prender un montón.
-¿Estás familiarizado con esos autos?
-Compramos cuatro de Estados Unidos y el viernes los sacamos de la Aduana. Dos para nosotros y dos para vender en la agencia que tenemos en Las Flores. La idea es probar de a poquito, a ver qué pasa. Si bien no es un cuatri, tiene cosas similares, porque lo vas jineteando como una moto. Aunque es un auto, vas sentado y atado, con la diferencia que la visibilidad no es tan grande.
-¿Seguiste el Dakar?
-Sí. Escuchaba comentarios, hablaba con gente. El Dakar siempre es difícil, pero si no le dan desierto, no pasa por Chile y Perú, le falta esa parte y se convierte en un rally. El Dakar es desierto, es hacer la diferencia demostrando que sos un buen navegante cuando tenés que atravesar 200 kilómetros de arena. Si no, es lo mismo para todos. O viene un piloto de rally y te gana, como Loeb.
Los Patronelli andan con ganas de volver al Dakar. Tienen que subirse a algo (“ahora me subo al jet ski, necesito hacer algo porque, si no, me pongo loco”, dice Marcos), sentir la adrenalina, la velocidad, la competencia.