Muchas investigaciones relacionan los “disturbios o la carencia de sueño” con el sobrepeso y otras enfermedades metabólicas, sobre todo en una noche de insomnio.
Cómo fue el experimento
Expertos alemanes trabajaron con un grupo de personas: luego de una cena igual para todos, una parte de ellos volvió a su casa a dormir y el resto se quedó en el laboratorio, donde fueron mantenidos despiertos durante toda la noche.
A la mañana siguiente, el grupo de voluntarios fue estudiado según su deseo de alimentos (en especial snacks y comida chatarra) y desde el punto de vista de la actividad cerebral.
En conclusión una noche sin sueño se tiende a considerar con más importancia el alimento respecto de otros objetos neutros que se les mostró, y que zonas del cerebro ligadas a la emotividad y el apetito estaban más activas.