Colón mostró algo diferente. Como si la renuncia de Julio Comesaña hubiera descomprimido algo que no le posibilitaba al plantel mostrar todo su potencial. Justamente ante Racing, el Sabalero salió a jugar como si fuese una final: mordiendo, corriendo e incomodando. De no ser por la falta de piernas en el final, la victoria pudo quedarse en casa, pero de todas maneras quedó satisfacción por la entrega.
"Uno cuando veía el plantel de Colón entendí que tenía que jugar de esta forma. Hoy (por este sábado) lo demostraron y por eso cuando bajé lo felicité a Marcelo Goux y a su equipo por el planteo, y lógicamente también a los jugadores, porque son los que metieron, corrieron y se esforzaron", reconoció el nuevo entrenador, Pablo Lavallén, ni bien termino el partido en la atención a la prensa.
El flamante estratega fue presentado el viernes y, tal como se presumía, observó las acciones desde un palco junto a algunos de sus colaboradores y el presidente José Vignatti. Es así como sacó varias conclusiones: "Hubo un desgaste importante y lo hablé con Marcelo, ya que no pudo hacer los cambios que quiso sino que fueron de manera obligada por las lesiones, entonces a veces eso te condiciona, ya que tenés que apagar incendios antes que buscar quedarte estratégicamente con los tres puntos. Así y todo, les dije a todos que este era el camino".
"Todo lo que quiere cualquier entrenador es que sus jugadores muestren carácter ante el mejor equipo del torneo y durante 85 minutos, más allá de que Racing tenía la pelota, Colón impuso las formas y el tipo de partido que decidió jugar", concluyó.