Ogier y su copiloto Julien Ingrassia fueron sextos tras un decepcionante inicio, aunque su obstinada insistencia les permitió ascender a la tercera plaza el sábado. Finalmente terminaron segundos después de beneficiarse del dramático pinchazo en el último tramo de Elfyn Evans. Lappi terminó séptimo.
Los resultados de Citroën en Córcega le permitieron consolidar el segundo puesto en la clasificación de constructores, mientras que Ogier está a dos puntos del líder, Thierry Neuville, en la clasificación de pilotos.
Pero con la batalla en el asfalto del ADAC Rallye de Alemania (22-25 de agosto) y el asfalto parcial en el RallyRACC Catalunya - Rallye de España (24-27 de octubre) en el horizonte, Ogier está deseoso de descubrir qué es lo que ha fallado en Córcega para que el ritmo en esta superficie el equipo pueda mejorar.
"Esperábamos que el asfalto fuera una buena superficie para nosotros y el C3 WRC, pero en las primeras especiales del viernes, nos dimos cuenta rápidamente de que íbamos a pasar un fin de semana difícil", dijo. "Nos faltaba el ritmo necesario para luchar con los más rápidos, ya que el coche estaba subvirando y carecía de agarre.
"En términos de puntos, el resultado fue muy positivo. Los diecinueve que marcamos son importantes para el campeonato y esa es la parte positiva del fin de semana. Pero no se puede ocultar el hecho de que hay que trabajar mucho para analizar un rendimiento que no cumplió con las expectativas y hay que encontrar una solución para el próximo rallye de asfalto".
Con la victoria aparentemente fuera de su alcance en Córcega, Citroën probó varios reglajes para intentar determinar la causa de la pérdida de rendimiento del C3 y Ogier dijo que el trabajo era importante, ya que sigue entendiendo el coche.
El director del equipo, Pierre Budar, compartió las preocupaciones de Ogier sobre la falta de ritmo en Córcega. "Tenemos que hacer algunos deberes en asfalto", aseguró.