Con la llegada del mes de mayo, Mónaco cambia su postal. Sus históricos edificios, sus curvas inolvidables y sus lujosos yates continúan estando ahí, pero los pianos, los guardarraíles y las gradas afloran como las margaritas en primavera. Empieza la temporada de carreras en el circuito urbano más especial del mundo. Dentro de dos semanas celebrará su cita grande, el gran premio de Fórmula 1, pero este ya tendrá monoplazas corriendo por sus calles.
Pueden buscar en cualquier competición de motor, de dos o de cuatro ruedas, da igual, seguro que no encuentran nada parecido a lo que se está viendo en la apasionante quinta temporada de la Fórmula E. En las ocho carreras anteriores nadie ha sido capaz de repetir victoria. Un país, una ciudad, un circuito y un ganador diferente cada vez. Da Costa, D'Ambrosio, Bird, Di Grassi, Mortara, Vergne, Evans y Frijns. Insólito. ¿Se mantendrá la racha o alguno de ellos será capaz de romperla? La gran pregunta que aún nadie ha podido responder.
A estas alturas de la temporada, con cinco carreras por disputarse, Virgin es el equipo que más sonríe, porque tiene al líder del campeonato, Frijns, y porque es el único con dos victorias en su haber (la del holandés en Paris y la de Bird en Santiago de Chile). Sin embargo, todo está tan apretado que las dos cosas podrían cambiar este fin de semana, sobre todo la primera. Y es que sólo un punto separa a Robin de Lotterer en la clasificación, y hay varios que tampoco andan muy lejos: Da Costa y Di Grassi a 11, D’Ambrosio a 16.
El sábado será la carrear qué marcará la recta final del campeonato. Un escenario idóneo para la competición eléctrica que viene de serie con una muy pista estrecha y curvas cerradas, lo que se busca en todas sus localizaciones. Eso sí, será la versión corta del circuito, la que no pasa por el Casino, ni por Loews, ni por el túnel. Pero sigue siendo Mónaco, con todo lo que ello conlleva, y ahora le toca a la Fórmula E disfrutar ahí por tercera vez. No es un aperitivo cualquiera, este viene con estrella.