Una protesta de independentistas en el Paseo de Gracia, en el corazón de Barcelona, terminó con una batalla campal con la Policía Nacional, una escena de violencia que no se veía en esta ciudad desde la huelga general de 2008 contra el entonces gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.
Al caer la noche, la zona seguía dominada por más de 30 camiones policiales y, según el diario El Mundo, al menos tres manifestantes fueron detenidos.
La manifestación, convocada por organizaciones y referentes secesionistas para rechazar la condena a prisión anunciada ayer contra los líderes catalanes que encabezaron la fallida declaración de independencia en 2017, trascurrió durante dos horas en tranquilidad.
Pero, minutos antes de que terminara y se iniciar la desconcentración, la Policía Nacional comenzó a avanzar y empujar.
Toda la zona estaba vallada y la multitud de cientos de miles de manifestantes estaba pegada uno contra otros. Por eso, cuando los policías empezaron a empujar con sus escudos hubo caídas, gritos y temor a una avalancha.
En medio de ese caos, un grupo de jóvenes encapuchados comenzó a sacar las vallas y a lanzarlas, junto con piedras, a las fuerzas de seguridad que sellaban la esquina del Paseo de Gracia y la calle Mallorca, a solo unas cuadras de la sede del gobierno central español.