Una docena de indígenas de la etnia pemón, aparentemente encabezados por un oficial militar desertor, tomó hoy un batallón del Ejército en el interior de Venezuela, dejó un soldado muerto y se llevó más de 100 fusiles, además de granadas y municiones, informaron fuentes militares y la prensa local.
El hecho se produjo esta madrugada en el Batallón de Infantería de Selva 513, en el municipio Gran Sabana del estado amazónico Bolívar, que linda con Guyana y Brasil, según medios locales citados por la agencia de noticias ANSA.
#Internacional
— La Noticia SV (@lanoticiasv) 22 de diciembre de 2019
Reservistas indígenas y miembros del ejército de Venezuela se habrían sublevado en la frontera con Brasil
Detalles acá: https://t.co/VQ6A1dC5ox
Los atacantes se llevaron más de 100 fusiles AK103, granadas y municiones, a bordo de un camión y una camioneta, confirmó el Comando de Zona 62 del Ejército en un comunicado.
La nota confirmó la muerte de un soldado, al que no identificó, y detalló que a raíz de esos hechos quedó detenido un militar llamado Darwin Malaguera.
De acuerdo con el parte, los atacantes coparon un fuerte y tomaron como rehén a su comandante, y allí fueron atacados por miembros de Tupamaros, una organización de civiles armados afín al gobierno del presidente Nicolás Maduro, hasta que finalmente huyeron ayudados por otros pemones.
El alcalde de Gran Sabana, José Barreto, miembro de Tupamaros, llegó al lugar luego del incidente y afirmó que la situación “ya fue controlada”.
Los pemones están radicados en una zona cercana a la frontera con Brasil y mantienen un antiguo enfrentamiento con el gobierno chavista.
A mediados de 2018, el sitio web chavista Aporrea reportó el asesinato de al menos cinco pemones en San Luis de Morichal, donde actuaban grupos armados vinculados con organizaciones dedicadas a la explotación minera.
Entre el 22 y el 23 de febrero de este año, al menos tres pemones murieron, 23 quedaron heridos y 16 fueron detenidos en choques con la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militar), informó entonces la ONG Observatorio de Ecología Política de Venezuela (OEP).
Esos incidentes ocurrieron en Santa Elena de Uairén, por donde el antichavismo intentó entonces sin éxito ingresar ayuda humanitaria desde la fronteriza Paracaima, en Brasil.
El OEP denunció también que por esos días hubo “allanamientos ilegales” por parte de la GNB y la Policía Nacional Bolivariana (PNB) en Santa Elena de Uairén y otras localidades cercanas, así como varias amenazas a líderes pemones, incluido el entonces alcalde de Gran Sabana, Emilio González.
A comienzos de abril, la Asamblea Nacional (AN), el parlamento con mayoría opositora al chavismo, denunció que 80 pemones estaban desaparecidos desde fines de febrero, y a fin de ese mes, la ONG Foro Penal afirmó que más de 900 indígenas de esa etnia se habían desplazado a zonas rurales de Brasil por temor al gobierno chavista y tras haber sufrido masacres y la persecución de sus líderes.