En tiempos de guerra, muchas fábricas de autos se dedicaron a la producción de armamentos. Y, como ya anunciaron los presidentes de varios países, la pandemia del coronavirus debe ser encarada como “una guerra”. Seis automotrices pusieron a disposición de las autoridades sus plantas de motores, para poder fabricar uno de los equipamientos más importantes para asistir a los enfermos: los respiradores artificiales.
Los llamados “ventilators” son vitales para estabilizar a los pacientes con neumonía que multiplicó el Covid19. Los sistemas de salud de todo el mundo anunciaron la compra masiva de respiradores y los fabricantes tradicionales ya no alcanzan a satisfacer la demanda.
La iniciativa de poner a las automotrices a fabricar ventilators surgió del primer ministro británico, Boris Johnson. Las primeras marcas en poner sus plantas de motores a disposición fueron Ford, Honda, Jaguar, Land Rover, Rolls-Royce y PSA Vauxhall, todas con establecimientos en esas islas.
“Como compañía automotriz, haremos todo lo posible para apoyar a nuestra comunidad en estos tiempos sin precedentes”, informaron desde Jaguar Land Rover.
Ford tiene dos plantas de motores en Gran Bretaña. Una de ellas, en Gales, iba a cerrar a fin de año. Pero la automotriz norteamericana ya anunció que la destinará para producir aparatología médica.
Honda, PSA Vauxhall y Rolls-Royce también confirmaron su predisposición. Aún no está claro de qué manera una fábrica de motores podrá adaptarse a la producción de respiradores artificiales. En condiciones normales, esto llevaría varios meses de pruebas y certificaciones internacionales.
Por ese motivo, los especialistas en industria militar del Gobierno británico se encargarán de intermediar, para adaptar las fábricas de la manera más rápida posible. También se ocuparán del entrenamiento de los operarios, para que aprendan a producir estos equipos.
El desafío también se trasladó a las fábricas autopartistas especializadas en la producción de componentes electrónicos. Los respiradores artificiales tienen muchas piezas mecánicas (como válvulas y turbinas), pero también un gran porcentaje de piezas electrónicas de alta complejidad.