Controlar el flujo de la desinformación en las redes sociales es vital en épocas de pandemia. Si bien cada vez hay más personas y sistemas que se encargan del fact checking, el problema de Whatsapp es que los mensajes entre personas son cifrados, lo que impide que el contenido pueda ser moderado.
Hasta hoy era relativamente fácil reenviar una publicación hasta 256 personas en esa red con apenas un par de taps. Ahora, los mensajes que se identifiquen como "altamente reenviados" sólo se podrán mandar a una sola persona.
Si bien esta decisión no impide la circulación de noticias falsas, la prohibición del reenvío generalizado genera fricción en el proceso y ralentiza la difusión de mensajes virales que no fueron chequeados.
Dice Whatsapp en su blog:
Hemos visto un aumento significativo en la cantidad de reenvíos que los usuarios nos han dicho que pueden ser abrumadores y pueden contribuir a la difusión de información errónea. Creemos que es importante retrasar la difusión de estos mensajes para mantener a WhatsApp como un lugar de conversación personal
Con su política de limitar el reenvío masivo de mensajes (hasta 2018 los usuarios podían reenviar un mensaje a 250 grupos a la vez; ese año se redujo a 20 y a cinco en 2019), Whatsapp logró reducir hasta un 25% de estas cadenas.