Este primer día (que por la diferencia horaria ya está terminando en la capital de Hubei) fue de verdadera euforia. Celebraciones propias de una "ciudad liberada", por ejemplo, después de librar una guerra contra un "enemigo invisible pero devastador".
Miles de personas se cruzaron en ambos sentidos. Muchos quedaron fuera de su ciudad cuando comenzó el aislamiento. Otros se apresuraron este miércoles a abandonar Wuhan, ciudad china donde surgió la pandemia de la COVID-19.
En las calles, pero especialmente en las estaciones de autobuses y ferroviarias, fue común ver a las personas con atuendos de protección integral, de los pies a la cabeza.
En sus celulares, las personas que circulaban llevaban el código QR verde en sus celulares, indicativo de ser "personas sanas". Las autoridades consideran que unas 55.000 personas, cuando termine el día, habrán dejado Wuhan en tren.
Wuhan fue el lugar más castigado en China por la epidemia. Cerca de 2.500 personas murieron en esta ciudad, del total de más de 3.330 fallecimientos oficialmente registrados en todo el país.
Esta ciudad, donde apareció el nuevo coronavirus a fines de 2019, fue la primera del mundo en sufrir el aislamiento con todos sus habitantes confinados: 11 millones de habitantes.
Las autoridades sanitarias consideran que un mercado de Wuhan, donde se vendían animales vivos exóticos, fue el foco de la transmisión del virus al hombre. La OMS registró el primer caso el 8 de diciembre.
Hoy, la mitad de la humanidad está de una manera u otra confinada, con medidas de cuarentena y aislamiento general.
Recién este martes, China anunció por primera vez cero muertos por el nuevo coronavirus desde que surgió la pandemia. Sin embargo, este día de la "liberación de Wuhan" se anunciaron nuevos casos en China, todos "importados".
"Wuhan merece ser llamada una ciudad de héroes", proclamaba un mensaje divulgado el miércoles en una estación de la ciudad.
"Los habitantes de Wuhan han pagado un elevado precio", declaró Yao, un joven de 21 años, a AFP al momento de partir en tren hacia Shanghai para recuperar su trabajo en un restaurante. "Nos alegra que se levante el encierro", dijo.
Wuhan sabe que pese a este fin del aislamiento, la ausencia de una vacuna obliga a mantener los cuidados.
En una estación, un robot circula en medio de la muchedumbre de pasajeros, pulverizando desinfectante a sus pies, mientras emite un mensaje grabado en el que se insta a todos a portar mascarilla.
Los pasajeros deben someterse a controles de temperatura y mostrar en su celular el ya apuntado código QR verde.
Es obligatorio el uso de mascarillas y el control de la temperatura a la entrada de cualquier complejo residencial. En los centros comerciales, supermercados o parques que reabran sus puertas, se deberá limitar la afluencia de visitantes. El aeropuerto de la ciudad también ha reanudado su actividad.