El jugador argentino de Olimpia Milano de Italia, Luis Scola, campeón olímpico en Atenas 2004 y dos veces subcampeón mundial, llegará este jueves a los 40 años entre la definición de continuar su carrera hasta los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 o finalizarla en medio de la pandemia del coronavirus.
"No tengo la cabeza para pensar en eso en estos momentos. Todo pasó a segundo plano", aseguró el ex-NBA de los Estados Unidos en una nota brindada en marzo, cuando el coronavirus dio sus primeros pasos en Argentina y ya había avanzado fuertemente en Italia, donde reside.
Scola, último abanderado en actividad del equipo campeón olímpico y capitán de Argentina en el segundo lugar de China 2019, se entrenó cada día desde el freno de la competencia basquetbolística en su casa ubicada en la zona de Lombardía, al norte de Italia, donde murieron más de 13 mil personas por el coronavirus y se infectaron 74 mil.
Desde que el Comité Olímpico Internacional (COI) fijó la realización de la cita del 23 de julio al 8 de agosto de 2021, exactamente un año después de su programación inicial -fue modificada por el coronavirus-, nacieron los interrogantes.
El objetivo no está claro todavía, las dudas resurgen en lo cotidiano mientras ayuda a sus cuatro hijos (Tiago, Matías, Lucas y Tomás) con las tareas escolares y las clases online en el turno mañana y les cocina cada mediodía, en una organización hogareña que se divide de esta manera, ya que su esposa, Pamela Roccetti, es la encargada de la cena y también de acompañar a los niños.
El interno arribó a Milán en octubre del 2019 luego de un enorme trabajo en el Mundial de China, con un promedio de 19,3 puntos por juego, y en el que igualó el récord de 41 partidos por Copas del Mundo del brasileño Ubiratán Pereira.
La idea del ala-pivote fue clara desde el principio: ir a Italia para darse el gusto de participar en su quinto juego olímpico en Tokio -pasó a junio 2021- como broche de oro a una carrera plagada de éxitos. Sin embargo, el coronavirus se convirtió en el primer rival que contuvo a Scola dentro de la pintura y le estableció la duda de dejar la actividad sin presentarse en la tierra nipona con el seleccionado nacional.
Además se dio el triunfo electoral de Fabián Borro en la Confederación Argentina de Básquetbol (CABB), con quien Scola, Sergio Hernández -entrenador- y la Generación Dorada manifestaron diferencias en las formas de manejo. Sin dudas, este golpe que se confirmó en diciembre 2019 resultó una primera piedra que el ex Houston Rockets saltó y dejó de lado por el bien del grupo y pensando en la cita olímpica.
A su vez, el enfrentamiento entre Hernández y Borro recrudeció tras la postergación de Tokio 2020, al punto que el entrenador comentó que su contrato se termina en agosto de este año y que su idea es escuchar ofertas del básquet europeo.
"Mi presencia en los Juegos Olímpicos no dependerá de su presencia", explicó Scola a finales de marzo durante una nota con radio Octubre. Para ese momento, Scola ya tendrá 41 años, por lo que el futuro es incierto y la única verdad está en su cabeza y en su deseo de llegar de ser cinco veces olímpico e ir por su tercera medalla después de ser oro en Atenas 2004 y bronce en Beijing 2008.