La Casa Blanca ordenó este domingo el repliegue de la Guardia Nacional en Washington y algunas ciudades levantaron el toque de queda luego de las multitudinarias protestas por la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco, mientras el caso se metió de lleno en la campaña para las elecciones presidenciales de noviembre próximo en Estados Unidos.
“Acabo de dar la orden a nuestra Guardia Nacional para que comience el proceso de retirada de Washington DC ahora que todo está perfectamente bajo control”, informó el presidente Donald Trump a través de Twitter.
I have just given an order for our National Guard to start the process of withdrawing from Washington, D.C., now that everything is under perfect control. They will be going home, but can quickly return, if needed. Far fewer protesters showed up last night than anticipated!
El mandatario aclaró que los efectivos de esa policía militar “van a irse a casa pero pueden volver rápidamente si son necesarios”, y opinó que “muchos menos manifestantes que los esperados participaron anoche” de las protestas.
Trump había ordenado ayer el cerco completo de toda la zona adyacente a la Casa Blanca, mientras autoridades locales cerraron el centro al tránsito y facilitaron la realización de la manifestación contra el racismo y la brutalidad policial que resultó masiva, según los principales medios de comunicación estadounidenses.
Miles marcharon contra el racismo en Washington, mientras Floyd fue despedido en su ciudad
En tanto, las ciudades de Nueva York y Filadelfia levantaron el toque de queda que habían dispuesto a principios de la semana pasada con el objeto de contener los disturbios y saqueos ocurridos en el contexto de las protestas antirracistas de las últimas dos semanas.
“Ayer y anoche vimos lo mejor de nuestra ciudad”, dijo el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, al anunciar a través de Twitter que el toque de queda -el primero en la ciudad en casi 80 años- se levantaba “de inmediato” tras las masivas protestas de ayer, que se desarrollaron en un clima pacífico.
Poco después anunció una medida similar Filadelfia, otra de las ciudades cuyas autoridades también llegaron a desplegar a la Guardia Nacional con el objeto de recuperar el control de las calles en el momento en que las protestas se efectuaban con violencia.
Mientras tanto, el caso de Floyd impactó de lleno en la agenda electoral.
Por un lado, el ex secretario de Estado Colin Powell -una figura prestigiosa dentro del Partido Republicano gobernante- anunció que en noviembre no votará por Trump sino por su competidor, el demócrata Joe Biden.
“Tenemos una Constitución y tenemos que seguir esa Constitución, y el presidente se está alejando de ella”, dijo Powell a la televisora CNN en una entrevista en la que acusó a Trump de “mentir sobre muchas cosas” y recordó que tampoco lo votó en 2016.
Powell, un militar retirado que fue secretario de Estado del presidente George W. Bush y es recordado por defender la invasión a Irak por la supuesta amenaza de armas de destrucción masiva que luego se comprobó que no existían, es afroamericano y apoyó las protestas por el caso de Floyd.
Por otra parte, Biden visitará mañana en Houston a familiares de Floyd y grabará un mensaje en video para el funeral de la víctima, que se efectuará el martes y al que no asistirá para evitar que su nutrido dispositivo de seguridad cause inconvenientes en ese momento, informaron medios locales citados por la agencia de noticias EFE.
Será la primera ocasión en tres meses en que Biden, de 77 años, saldrá del estado Delaware, donde reside.
El ex vicepresidente, que en medio de la pandemia de coronavirus resultó virtualmente confirmado como el postulante demócrata a la Presidencia para las elecciones de noviembre, fue señalado en varias ocasiones por diversos analistas como poco resuelto en materia proselitista.
La semana pasada, en un discurso en Filadelfia, Biden apoyó las protestas antirracistas y prometió que si llega al gobierno sanará “las heridas raciales que durante tanto tiempo afectaron” a Estados Unidos y aseguró que no promoverá “miedo y división” ni avivará “las llamas del odio” como en su opinión sí hizo Trump.
Estados Unidos vivió ayer las manifestaciones más grandes de protesta por el asesinato de Floyd, un hombre de 46 años muerto en Minneapolis el 25 de mayo por un policía blanco que, en el piso, le puso una rodilla en el cuello hasta asfixiarlo, en una escena que fue grabada en video y conmovió al mundo.
Las marchas, en cientos de ciudades de diversos tamaños, fueron esta vez en su mayoría pacíficas, después de que muchas de las realizadas en los días previos incluyeran epiosodios de violencia, saqueos y represión, aunque hubo disturbios en dos ciudades.
En Seattle, la policía disparó granadas aturdidoras y gas pimienta mientras los manifestantes arrojaban piedras, botellas y lo que las autoridades dijeron que eran “explosivos improvisados”, que hirieron a algunos agentes.
En Portland, donde una persona -un diputado local o un policía, según distintas versiones recogidas por la prensa- fue herida por un artefacto pirotécnico mientras los manifestantes lanzaban fuegos artificiales, la policía disparó “pelotas de pimienta” a quienes los atacaban con “globos de pintura”, describieron medios locales.
Asimismo, miles de personas volvieron a manifestarse hoy en Italia, España, el Reino Unido y Bélgica en solidaridad con la comunidad negra de Estados Unidos.