El Ministerio de Salud de la Nación advirtió sobre un aumento en el mal uso de los antimicrobianos durante la pandemia de coronavirus y cómo la automedicación o la excesiva prescripción por parte de los médicos "ha impactado fuertemente en la resistencia" de virus y bacterias.
"Durante la pandemia, señaló Laura Barcelona, coordinadora del Uso Apropiado de Antimicrobianos del Ministerio de Salud, hubo un aumento del uso los antimicrobianos y ha impactado fuertemente en la resistencia y lo estamos viendo en los hospitales, y se prevé un aumento en los próximos meses".
La funcionaria recordó que con motivo de la Semana Mundial de Concientización sobre el uso de los Antimicrobianos se comenzó una campaña -impulsada por las organizaciones Mundial de Salud (OMS), de Sanidad Animal (OIE) y de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)- para evitar la denominada Resistencia Antimicrobiana (RAM).
La resistencia se produce cuando bacterias, virus, hongos y parásitos cambian con el tiempo y ya no responden a los fármacos, lo que hace que las infecciones comunes sean más difíciles de tratar, aumentando el riesgo de propagación de enfermedades graves.
Barcelona explicó en conversación con Télam que "el objetivo es sensibilizar y tomar conciencia de la problemática de la resistencia a nivel global y alentar al uso correcto de los antimicrobianos tanto en el público general, como en el personal de salud, que son los responsables de la toma de decisiones".
"Esta problemática -agregó la coordinadora- involucra tanto a la salud humana, como a la salud animal y al medio ambiente, por eso el lema de este año es 'unidos para preservar los antimicrobianos', porque excede a los antibióticos que son las herramientas que tenemos para tratar y prevenir infecciones y también involucra los antivirales, los antiparasitarios y a los antifúngicos, además de poner en peligro los avances de la medicina, como los tratamientos quimioterápicos, las cirugías de alta complejidad y el trasplante de órganos", explicó.
De ahí que la coordinadora del Uso Apropiado de Antimicrobianos resalta que "hay una responsabilidad compartida no sólo entre los que prescriben antibióticos sino también entre todos los actores involucrados, como farmacéuticos y consumidores".
Sobre este punto Barcelona destacó que la "automedicación, es un problema central", y señaló dos razones:"En primer lugar porque no está mediada la consulta con un médico. Entonces en muchas situaciones clínicas que nosotros creemos, como pacientes, que requerimos antibióticos, en realidad no los necesitamos y el curso de nuestra enfermedad va a ser igual con o sin antibióticos y lo único que estamos haciendo es favorecer la resistencia".
Como ejemplos de esta situación precisó: "caso de dengue, resfrío, gripe o Covid, son infecciones virales en las cuales el antibiótico no tiene ninguna injerencia".
La segunda razón que señaló la funcionaria del ministerio de Salud se refiere al antibiótico específico que se necesita."Cuando nosotros nos automedicamos, estamos asumiendo que necesitamos "ese" antibiótico, y no otros, con el peligro de poder estar equivocados y estar tomando un antibiótico que puede ser insuficiente o bien excesivo para nuestra infección, con consecuencias negativas en ambos casos".
En la Argentina, la ley establece que los antibióticos deben ser adquiridos por receta. Barcelona resaltó que "es importante que el farmacéutico asuma la responsabilidad de no entregar antibióticos sin la debida receta y nosotros, como pacientes, no los pidamos".
Barcelona evidenció por último lo dramático de esta problemática al explicar que "las bacterias desarrollan resistencia con mucha más facilidad y en menos tiempo que las posibilidades que tienen los investigadores de sintetizar antibióticos nuevos".
"De seguir así, se prevé que para el año 2050 puede haber más de 10 millones de fallecimientos por esta causa y superar las muertes por causas oncológicas, por eso la toma de conciencia nos involucra a todos", afirmó la funcionaria.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la RAM está poniendo en riesgo los logros de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y se trata de un problema que afecta a todos los países.
Los pacientes con infecciones causadas por bacterias farmacorresistentes corren mayor riesgo de tener peores resultados clínicos y morir. Además, consumen más recursos sanitarios que los infectados por cepas no resistentes de las mismas bacterias, advirtió la OMS.