Es uno de los grandes talentos jóvenes de la Liga Nacional y está listo para vivir una nueva temporada en la elite, posiblemente más protagonista en su especialidad. En lo personal sabe que maduró en su juego, que el pasado primer año en La Banda le valió como para demostrar que puede cumplir varias funciones dentro de la cancha y no sólo la del goleador nato que se sabe que es. En un papel más de rol, en el que quizá no tuvo los espacios a los que estaba acostumbrado antes, dio un paso adelante en su proyección y se destacó en otros apartados del juego, como reboteador, defendiendo y la intensidad en ambos costados.
Hablamos de Juane De La Fuente, uno de los mejores proyectos del básquet argentino, que busca seguir afianzándose como el 3 titular de un Olímpico siempre ambicioso. El marplatense de 20 años (nació el 17 de noviembre del 2000) viene de promediar 4,7 puntos y 3,5 rebotes en 21,5 minutos durante la pasada 20/21, siendo clave dentro del esquema del entrenador Leonardo Gutiérrez. Pero no se conforma y este año aumenta la apuesta, entiende que se convirtió en un jugador mucho más completo pero no pierde su naturaleza como artillero, y en charla con Prensa AdC explica cómo se prepara para este nuevo año de crecimiento.
- ¿Cómo te vas sintiendo en estos primeros días de pretemporada?
- Hace ya casi un mes que estoy acá. Al principio arranqué entrenándome solo con el PF que está acá con los chicos del Federal y el hijo de Leo, estaba Leo también, después se fueron sumando los juveniles y también los otros chicos. Se hicieron los estudios y demás, y ya arrancamos la pretemporada el jueves de la semana pasada. Estamos bien, formando el grupo ya y trabajando muy intenso. En lo personal estoy muy enfocado. Ya pasaron 5-6 días de pretemporada y me siento bien, muy mentalizado y preparándome para lo que viene.
- ¿Expectativas?
- Las mejores, siempre. En este momento manejo una ansiedad muy grande por ya querer arrancar, tengo ganas de estar ya compitiendo y empezar a jugar. Es la naturaleza de un jugador, querer jugar. Pero también toda esta parte del proceso me gusta, la pretemporada, entrenar y ponerme a tiro para el nuevo año que se viene... y la disfruto mucho. Siento que este mes y medio que estuve acá entrenando solo me va a servir un montón y va a dar sus frutos. Después uno puede meterla o no, jugar bien o mal, podemos ganar o perder... tuve un mes de vacaciones y ya me puse a entrenar, pensando siempre en lo mejor para mí y para lo que le pueda dar al equipo.
- ¿Para vos es un año distinto en cuanto a desafíos y entendiendo la primera temporada que venís de hacer con el equipo?
- Sí. Si bien el año pasado también tenía expectativas altas, aunque suene un poco raro a su vez sabía que iba a ser una temporada algo atípica. Con Eric Flor, con quien tengo una relación de hermanos, conociendo a la perfección todas sus características y como compañero suyo, más la temporada fuera de serie de Lisandro, o Gastón que es un jugadorazo... era un plantel con tan buenos jugadores que yo entendí rápido que no iba a tener tantas responsabilidades y toma de decisiones. Mi rol iba a pasar por otro lado. Este año creo que eso va a cambiar.
- ¿Qué le pasa a un anotador puro como vos cuando pasa de tener tanto protagonismo a cumplir más otro tipo de funciones que no es tanto el de hacer los puntos? Porque obviamente no llevaste la misma carga que en Quilmes.
- Mirá, recuerdo que había partidos que terminaba con números bajos, tirando 1/4 por ejemplo y cosas por el estilo... y capaz que en otro momento de mi carrera eso me hubiese vuelto loco. Hubo algunas personas que se preocuparon y pensaron que la estaba pasando mal por esto que decís, porque quizá no anotaba tanto como antes, pero la realidad es que yo estaba tranquilo sabiendo que mi papel dentro del equipo debía ser otro. Que mi rol iba a pasar más por la defensa, por el rebote, por contagiar de energía a mis compañeros que por ser un anotador.
- ¿Y cómo fue esa adaptación de cumplir otras funciones?
- La verdad es que me costó unos partidos tranquilizarme, no voy a mentirte, pero también era cuestión de entender mi posición: un pibe de 19-20 años con 20-25 minutos de promedio en la Liga no es algo que se da muchas veces. Y más en un club como Olímpico que siempre se caracteriza por ser protagonista y tener buenos planteles, que usa a los pibes pero más en la segunda línea. La oportunidad era muy grande, y había que verlo desde otro lado para entender cómo me quiso ir llevando Leo, porque en definitiva nadie aseguraba que yo estuviese preparado para asumir todas las responsabilidades si me las hubiese dado en ese momento. Tampoco estoy diciendo que Leo me cuidó y me sacó responsabilidades, porque tenía mi papel que cumplir siendo el 3 titular, pero me ayudó a ir de a poco y adaptándome.
- ¿Qué te dejó de aprendizaje?
- Empecé a entender otras cosas que antes no podía. Yo era un pibe que venía de jugar Liga Argentina el año anterior con mucha participación ofensiva, y como Leo ya hacía dos temporadas que me quería llevar a La Banda pensaba que me contrataba por ese juego. Al principio pensé que me quería para hacer puntos, por eso los primeros partidos tenía esa sensación rara. Pero te vas tranquilizando, eso también me di cuenta inclusive hablándolo con Leo, desde lo conforme que estaba con mi desempeño. En esos momentos Leo me dio tranquilidad, que no me iba a retar o a decir que perdimos porque no hice puntos, porque la realidad es que no había jugadas diseñadas para mí, y que el día que me podía llegar a cagar a pedos iba a ser aquel en el que no agarre rebotes o no defienda. Eric también me ayudó muchísimo, me hizo entender que no iba a ser el mismo espacio que tenía antes, por esa calidad del plantel que te decía y por la rotación que tenía el equipo para sostener la intensidad que teníamos. No pasaba por una cuestión de tomar más o menos tiros sino porque sentía que no le daba tanto a mi equipo, pero con el correr de la temporada me di cuenta que yo al equipo le daba otras cosas, cosas que necesitaba de mí y le podía dar, como la defensa o el rebote. Ahí me fui tranquilizando.
- Entiendo que Leo te quería de hace tiempo dentro del equipo. ¿Cómo se fue dando ese vínculo?
- Cuando descendemos, me habló y me dijo ya que quería que fuese el 2 suplente de su equipo. A mí me pareció un montón eso, porque yo tenía 17 años en ese momento y que como entrenador me quiera siendo parte del proceso que lleva adelante en el equipo era algo lindo. Sentía que no sólo me buscaba para estar en esa segunda línea, sino que al ser un proceso que ya van a ser 3 años en el club me hacía sentir que también era para acompañarme en mi desarrollo como jugador, estar al lado mío y poder laburar juntos a la par. En ese momento me dieron muchas ganas de ir, pero yo sentía las ganas y la necesidad de quedarme a jugar en Quilmes una temporada más. Por desgracia no pudimos completar esa temporada por el Covid-19 y no me fui de la manera en la que quería, pero sé que ya a tocar volver en algún momento. Cuando se dio por terminada la temporada con lo de la pandemia, me volvió a hablar y ya diciéndome que quería que fuese el 3 titular. Tenemos una buena relación, tiene un estilo distinto al de quizá otros entrenadores, con otra llegada. Conmigo cuando me llamó se explayó en todo, fue claro en todo lo que hablamos y sé que es así con todos. Eso fue lo que a mí, más allá de la aceptación de poder ser titular en un equipo de Liga, me dio esa confianza de aceptar, porque me hizo ver que realmente quería que sea parte de su equipo, que yo crezca a su lado y ayudarme a hacerlo.
- ¿Ya hablaste con Leo sobre los planes que te tiene preparados para esta temporada que viene?
- Por lo que estuvimos hablando con Leo antes de que se vaya de La Banda (NdR: será el entrenador de la Selección U16 que jugará el Premundial de Xalapa en los próximos días), intuyo que esta temporada tendré más responsabilidades ofensivas. Quiero demostrarle que estoy preparado y con muchas ganas de afrontar el desafío. Para eso estoy laburando. Sé que confía en mí, me lo dice, me transmite esa buena energía siempre y para mí tener a semejante jugador, con tremenda trayectoria, me sirve muchísimo para exprimir todo eso al máximo y nutrirme en mi carrera y en lo que quiero ser como jugador. Quiero aprovechar la oportunidad que me está dando, devolverle la confianza que me da desde el primer día. Me preparé distinto para esta temporada y asumo que voy a rendirle mucho más al equipo, porque mi objetivo es ese, ayudar con mi juego al equipo en lo que sea necesario.
- En definitiva, imagino que hoy el nivel de preparación que sentís que tenés encima es mucho más grande, desde la experiencia y desde el juego que fuiste y seguís desarrollando.
- Exacto, tiene que ver con experimentarlo y poder hacer otras cosas, ser un jugador más completo y proyectarme mucho más. En el mundo del básquet el foco parece que siempre está en los puntos, uno va a ver una síntesis en una nota y lo que te marcan son los puntos que marcó cada jugador, no te dice cuántos rebotes bajó, o cuántas buenas defensas hizo, o los espacios que generó... pero en este tiempo yo entendí que también debía ir por ese otro lado. Es verdad que por mis características y el lugar en el que me siento más cómodo es siendo un anotador, pero porque toda la vida había hecho eso. Tampoco es quiero encasillarme en algo, pero fue bueno todo el cambio que empecé a experimentar porque el tener otra función me hizo ver que ellos creían que podía hacer algo más además de los puntos, que podía defender, agarrar rebotes y hacer muchas otras cosas más. Cuando lo entendés, das un paso adelante: vas como un cabrón a todos los rebotes y a hacer cada defensa, y después adelante seguís buscando y generarte tus tiros siempre que fuese posible. Lo importante era que terminaba los partidos sabiendo que había hecho lo que me pidieron, que había ayudado a mi equipo a ganar. Como pibe todo esto me ayudó muchísimo a entender más el juego, me está permitiendo ser un jugador más completo.