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Domingo 29 de Agosto de 2021 - 18:42 hs

Cómo cuidar las articulaciones del uso excesivo de la tecnología

Ejercicios y hábitos para que no sufran lesiones tras largas horas con los elementos de comunicación

Actualizado: Domingo 29 de Agosto de 2021 - 18:43 hs

La gran cantidad de horas de uso de dispositivos tecnológicos puede favorecer la aparición precoz de muchas patologías. Para evitar o disminuir estos síntomas, es importante seguir una serie de pasos para un correcto uso de los mismos.

– Respetar el límite de dolor. Mientras sea posible, evitar actividades que lo generen, así como también disminuir las que provoquen dolor y que no se puedan interrumpir permanentemente.

– Prevenir al máximo el uso prolongado de una misma articulación, sobre todo las de menor tamaño y fomentar el uso de las más fuertes por sobre las pequeñas. Por ejemplo, en el caso de las compras, es recomendable apoyar las bolsas del supermercado sobre el antebrazo y no colgarlas de las manos.

– El tiempo de descanso es fundamental. Se deberá generar un equilibrio en los de reposo y de actividad. Armar previamente una rutina de trabajo, haciendo hincapié en el equilibrio y evitando sobregastos de energía.

– Reconocer la fatiga muscular, para evitar que provoque dolor o inflamación que puedan traducirse posteriormente en una disfunción. También evitar posturas que conducen a deformidad.

Otra manera de cuidar las manos es mantener una rutina de elongación de manos, muñecas y antebrazos, logrando también así el fortalecimiento de dichas partes. Realizar ejercicios como apertura y cierre de puños, separar los dedos y volver a juntarlos y marcar las pinzas (formar un círculo con cada dedo y el pulgar) son algunos ejemplos.

Los medios físicos, como baños de parafina, calor o baños de contrastes, mejoran la circulación y generan una sensación de relajación en las manos. Las almohadillas térmicas son otra alternativa. Respetar los tiempos de descanso de la musculatura de la mano y del antebrazo, armar un plan de ejercitación y evitar realizar de manera continuada y sin cuidado los ejercicios.

Una posible rutina podría comenzar con un baño de parafina (se pueden suplir con almohadillas térmicas o inmersión en agua tibia), luego seguir con una elongación del antebrazo y muñeca tanto en flexión como en extensión, y continuar con movimientos de cierre y apertura de puño y dedos de la mano. Se puede comenzar con unas pocas repeticiones, hasta que la mano y el antebrazo se acostumbren y ahí agregar más.

De ser posible, repetir la rutina 2 o 3 veces al día dándole tiempo de descanso. Siempre es aconsejable la consulta con un médico especialista para el correcto diagnóstico y derivación a rehabilitación en caso de ser necesario.

Fuente: nexofin