El término “ghosting” está muy en auge, aunque la situación a la que se refiere no es nueva. Este comportamiento consiste en terminar una relación cortando todo contacto con el otro sin darle ninguna explicación y sus consecuencias son más graves de lo que parecen.
Quienes lo han padecido por lo general necesitan ayuda psicológica para afrontar este tipo de separación traumática, por una acción cruel y cobarde que debería poder evitarse. Proviene de la palabra inglesa ‘ghost’, que significa fantasma. Y es que, sin previo aviso, la persona con la que estabas involucrada sentimentalmente desaparezca, no vuelva a ponerse en contacto con vos y si tomás la iniciativa, no conteste a tus mensajes ni a tus llamadas o te bloquee de sus redes sociales. De esta forma, se supone, te tenés que dar por enterado de que la relación se terminó.
Este tipo de rupturas son muy crueles para los que lo sufren porque no dan ni opción a réplica ni oportunidad para despedirte. “Primero sería ser sincero con uno mismo y determinar si de verdad es un ‘ghosting’ o simplemente se vieron una vez y no está interesado/a en vos (y te cuesta asumirlo)”, afirma la psicóloga Lara Ferreiro.
Implica una desaparición sin explicación cuando ya se había establecido una vinculación emocional, mental y/o sexual. Si ésta ya se había materializado, se produce “por pura comodidad narcisista de no dar la cara y por cobardía de no querer enfrentar el momento de dejar a esa otra persona”, explica.
En el mundo actual, cortar las vías de comunicación virtuales que teníamos con alguien es la manera más ‘visual’ de cerrar una relación. Si una persona te bloquea de sus redes es como si no existieras. Ya no es necesario cambiar de trabajo o de ámbito, desafortunadamente, parece que basta con borrar su contacto.
Tipos de Ghosting
- El radical
Cortan de raíz y para siempre. Se van sin darte ningún tipo de explicación. Muy complicado de gestionar para la víctima ya que se puede llegar a pasar meses pensando en qué pasó e incluso, culpándose por algo.
- El lento
Conociste a un hombre encantador, había mucha química entre ustedes, él te mensajeaba de manera diaria y le costaba separarse del teléfono. Notás que tiene interés en vos, te emocionás y vas creyéndote que sos casi como una pareja. De repente, un buen día sin previo aviso y de manera repentina, donde antes tardaba en contestar cinco minutos, ahora tarda cinco horas. Tenés que ser vos la que siempre toma la iniciativa. Notás un cambio en su manera de escribir hasta que, finalmente, desaparece por completo sin explicación.
Este tipo de ‘ghosting’ gradual es como una premonición: sabés que algo va mal pero no te atrevés a reconocerlo. De forma sutil, va desapareciendo, responde con silencios y vacíos a tus preguntas o siempre sos la que busca la comunicación con e inicia las conversaciones.
- El banquillo
Suena horrible, pero te tiene de suplente y, cuando vas a arreglar algo, cancela, siempre le pasa algo y vos comprás sus excusas. A pesar de sus ‘plantones’, te sigue dando ‘likes’ en tus redes para mantenerte ahí o comenta tus fotos. Nunca inicia la conversación, aunque mantiene la llama viva por si acaso. No sos su prioridad, pero tampoco quiere que desaparezcas de su lista de suplentes por si, en algún momento, te saca a jugar un partido al campo de juego.
¿Cómo actuar?
“Ante todo, tenés que saber que no tiene nada que ver con vos, que esa persona es medio perversa o narcisista, que sólo se quiere a sí mismo y que lo hace así por cobardía, miedo a tu reacción o egocentrismo”, asevera la psicóloga.
Asumirlo debe ser el primer paso por pura salud mental. Enfocate en tu vida y en aquella persona que no se planteé si te quiere o no y que sea lo suficientemente maduro/a para poder hablar las cosas. El segundo, no pensar en por qué lo ha hecho porque no lo vas a saber, se trata de un estilo de comportamiento aprendido por parte del otro.
Tercero, ponerle límites si vuelve. Del ‘ghosting se puede pasar al ‘zombing’, del “fantasma” al “zombie” que resucita al cabo de un tiempo. Rodearte de la gente que te quiere, volcarte en subir tu autoestima y en el caso de que no puedas superarlo por vos mismo, recurrir a un psicólogo.