Casi desde el comienzo de la gala de lunes, y luego de que Santiago del Moro anunciara el ingreso de los seis nuevos integrantes a la casa de Gran Hermano, se generó una revolución sobre cómo sería ese reencuentro del que los participantes no tenían información. De hecho, no estaban ni siquiera cambiados con ropa de “gala”, como lo hacen en cada vivo, sino con la indumentaria diaria. “Son personas queridas por ellos, pero van a entrar a jugar”, comunicó el conductor. Y presentó a la primera, que estaba relacionada con Marcos. “Se llama Valentina, es su hermana, vive en Francia con su pareja y está muy nerviosa”, dijo y le dio ingreso a la participante.
Tras ello, fue el momento de ingresar de la hermana de Camila: “Tiene 21 años, es de Ituzaingó, vive con su madre, es jugadora de fútbol profesional, ataja en la primera de Independencia, se llama Florencia”, indicó el conductor para presentarla. Cada uno de ellos entró con una caja con pertenencias para su pariente, que fueron descubiertas en la gala del martes.
“Y la que se atreve a entrar es Gladys, tiene 62 años, vive con su hijo, es ama de casa. Dudó mucho porque también está nerviosa y es la madre de la Tora (Lucila)”, aseguró entonces Santiago del Moro, para luego dar paso también al sobrino de Romina: “El se llama Walter Fabián, 22 años, es de Grand Bourg, vive con sus padres y sus hermanitas menores. Es el hijo mayor de la hermana de Romina”, contó.
Tras ellos, ingresó también Camila, hermana de Julieta Poggio, y el último en entrar a la casa fue Rodolfo, el papá de Nacho Castañares. El participante fue corriendo a recibir a su padre y también se abrazaron largamente, en un momento en que las lágrimas de emoción dominaron la escena. “¿Cómo estás, mi amor? Lindo...”, le decía Rodolfo a Nacho mientras le acariciaba la cabeza. “Es enorme esto, tío”, decía el recién llegado -nacido en Montevideo pero radicado hace años en Sitges, España- acerca de la casa del reality show.
“Entró gente que ustedes aman. No los expongan. Se lo digo a los dos: a los que están adentro y los que vinieron de afuera. Una jugada en falso que Gran Hermano detecte y evalúe como infracción, al jugador lo manda a placa. Y a las visitas, las eyecta de la casa. No pregunten cosas que quieran saber. Les recomiendo que no hablen mucho del afuera y serán advertidos”, avisó el conductor.
Tras la felicidad, llegó el momento de saber como continuaría la dinámica de la casa luego del ingreso de los seis familiares, y de eso se ocupó de dejarlo en claro en la noche de este martes, cuando citó a todos en el sillón para detallar punto por punto lo que vendrá.
Este miércoles, los participantes nominarán a los familiares. El familiar más votado es el que quedará eliminado de la casa al final de la misma gala. Tras ello, todos los familiares continuarán en placa y de ahora en más será el público desde afuera el encargado de votarlos. Así las cosas, se irá un familiar por día, y al final de la semana, quien menos votos reciba de todos es el que ganará la prueba del líder, además de un premio que todavía no se detalló, y le otorgará el liderazgo al familiar que ya se encontraba participando dentro de la casa.
El anuncio cayó como un balde de agua fría en medio de la emoción y felicidad por el reencuentro con los seres queridos, y mientras todos se encontraban en la mesa a la espera de la cena, Nacho aprovechó a dirigirse al confesionario para despejar algunas dudas sobre la próxima votación, en tanto que Camila comenzó a llorar desconsolada por la posible eliminación temprana de su hermana gemela.