Luego de que Flor Moyano se presentara en la Justicia para denunciar penalmente a Juan Manuel Martino por abuso sexual, hechos que ubicó durante las grabaciones de El Hotel de los Famosos 2, la influencer rompió el silencio en LAM y habló de detalle de lo que sufrió en el programa de eltrece.
Después de que Roberto Castillo, el abogado de la joven, dejara en claro que la causa es por “abusos reiterados que van desde un abuso sexual simple a un abuso sexual con acceso carnal”, Florencia comenzó su relato identificando el primer episodio que le hizo encender la alarma con quien era su compañero en el reality: “Él me invitó a la suite (del programa) al tercer día y me dice de sacarse la remera. Le dije que no y se la sacó igual. Desde ahí, mis ‘no’ ya no tenía ningún tipo de validez con él. Con el correr de los días, esto se fue incrementando y era cada vez mayor”.
“Para él, era normal venir y tocarme el cu…, venir y apoyarme, refregar su cuerpo contra el mío, tirarse encima mío. Y yo al comienzo sí podía detectarlo y sí lo frenaba porque no me gustaba y lo manifestaba. Pero ante estas cosas, él se burlaba, se quejaba, se enojaba y yo empecé a perder esa fuerza que tenía al comienzo. Yo creía que lo podía manejar, pero se volvió insostenible”, agregó, con lágrimas en los ojos y muy movilizada.
“Yo no podía ir al baño tranquila porque él se me metía. Iba al baño y él entraba a querer manosearme, a querer tocarme, besarme y yo no quería. Ponía excusas y le decía que no quería y él me humillaba. Me decía que se aburría conmigo, que yo no le daba nada”. Llegó un momento en el que yo tenía voz. Ya no sabía de qué forma hacerle entender que no me gustaban esas cosas. Él me decía para mi tus ‘no’ son un ‘si’. Quiero aclarar que mis ‘no’ estuvieron desde el día uno”, continuó.
Por otro lado, la entrevistada explicó que Juan quería “tener un cierto código sexual conmigo”: “Yo me quedaba paralizada y me generaba miedo porque no sabía cómo reaccionar ante esto. Estos hechos eran todos los días, 24 horas teniendo que soportar este tipo de cosas”.
Y cerró, a flor de piel: “Cuando dormía con él, me acostaba un ratito para poder dormir después sola, tranquila y en paz; en ese ratito, él aprovechaba para querer bajarme la ropa, me manoseaba con su miembro la espalda, la cola, me quería tocar y yo decía ‘no’ de la forma en la que podía por lo bajo. Le decía que no quería, que estaban las cámaras”.