Rodrigo Guirao Díaz volvió a la Argentina y nada menos que con un gran proyecto cinematográfico. El próximo jueves 20 de abril se estrena el filme que protagoniza junto a Mariano Martínez, Humo bajo el agua.
Después de varias temporadas en México, Italia y España, el actor regresó a filmar en el país y en plena pandemia. “Para mí fue un privilegio muy grande haber tenido esta propuesta que me llegó para protagonizar una película en esa época de Covid en la que no se filmaba nada, en 2021. Y encima con una historia que me había conmovido, uno de los mejores guiones que había leído. Lo consideré como un regalo del destino, de Dios, de quien quieras. En ese momento que no sabía si iba a volver a actuar y cuándo, de repente me tocó hacer esta película alucinante”, comienza relatando Rodrigo en una entrevista con Teleshow.
El filme, dirigido por Julio Midú y Fabio Junco, trata de una historia de amor entre el hijo de un estanciero (Guirao Díaz) y el capataz de la estancia (Martínez). Si bien se compara a la película con la exitosa Secreto en la montaña, el filme que se estrenó en diciembre de 2005 y que obtuvo tres premios Oscar, Guirao Díaz repasa la situación social después de 18 años.
“Yo creo que se avanzó muchísimo desde la época en que se filmó esa película, creo que se fueron ganando muchísimos derechos, fue disminuyendo la homofobia y un poco el odio, pero para mí todavía falta muchísimo, y hablo de que falta en todos lados del mundo, en nuestro país y afuera ni hablar. Creo que todavía hay mucho por mejorar como sociedad”, destaca el actor.
—¿Qué repercusiones pensás que se van a generar con la película?
—Lo que espero es que esta producción aporte un granito de arena para ir abriendo el camino para aliviar el dolor de muchas personas que en este momento no pueden ser libres de amar a quien quieren porque todavía sigue existiendo este prejuicio. Espero que sirva para alivianar sobre todo el odio de algunas personas y que podamos encontrar realmente más paz y empatía todos juntos.
—¿Este deseo de cambio fue el que te hizo tomar la decisión de participar en el filme?
—Honestamente al principio no lo había pensado, son cosas que me surgieron después de hacer la peli, o cuando la iba haciendo decía “ojalá que la gente pueda empatizar más con la historia”. Porque de esta peli sinceramente me conmovió el argumento, me pareció una historia de amor hermosísima ambientada en los años 80, me conmuevo yo leyendo el guion y eso fue lo que más me sedujo. Dije “guau qué lindo leer una historia de amor y que me pase esto”. Es una película que tiene mucha originalidad y que no cae en lugares comunes, y me gustó mucho imaginarme ese mundo, a ese personaje, cómo se podía sentir, qué necesitaba, sobre todo esa investigación hizo que me gustara tanto llevar a cabo esta interpretación.
—¿Qué pensás que podía sentir un chico homosexual en los años 80?
—Y... es distinto. Yo creo que en esos años y en un ambiente rural habrá sido más difícil y cuanto más difícil es lo que necesita el personaje es más interesante para actuarlo. Entonces eso quiere decir que el conflicto es más grande y que el reto es aun más grande. Así la actuación de uno se vuelve más heroica, y es uno de los personajes que llegan al público. Cuantas más dificultades tienen para ser felices, para sentirse libres, más rico podrá ser el personaje. Yo creo que siendo libres es la única manera de ser felices, y mucho más que ahora, pero yo imaginé que ese personaje en ese momento era alguien que se sentía asfixiado con su propia vida, alguien que podía ser feliz solo si llegaba a ser libre. Y que, además, lidiaba con la muerte de su padre, que no lo aceptaba como era. Entonces yo creo que lo que ese chico necesitaba era redimir ese dolor. Y también se trata de un amor mucho más superior al amor egoísta, al amor de ‘lo que yo necesito’, de ‘lo que yo quiero para mí': amo a esta persona y prefiero que no esté conmigo pero que sea feliz, ese tipo de amor.
—¿Alguna vez te pasó en la vida esto de querer ser libre y no poder serlo, en la sexualidad o en otro ámbito?
—No, con la sexualidad no me pasó ni tampoco con nada. Lo único que por ahí en algunos momentos estuve haciendo algunos trabajos que después me arrepentía o que después no conectaba, pero estaba muy lejos de esa asfixia que sentía el personaje.
—Siempre fuiste “el chico lindo”, sin embargo, ¿alguna vez sufriste algún tipo de bullying?
—La verdad que no, tuve mucha suerte con eso, pero no tengo por qué sentir lo que sintió el personaje para poder interpretarlo, porque esa es la base del actor. Si no, los actores haríamos siempre los mismos personajes. En realidad, lo que más me gusta es interpretar siempre distintos personajes, incluso muy distintos a mí ,y eso es lo que me permite mantener la llama de la pasión siempre encendida. No es tan fácil, ahora no hay tanto trabajo, pero bueno, es lo que trato para que el público vea algo distinto y no me vea repetirme tanto.
—¿Cómo fueron las escenas de sexo con Mariano Martínez?
—Fueron como son en todos lados, no hubo ninguna diferencia con una relación heterosexual. No me costó para nada que esas escenas hayan sido con un hombre.
— ¿Qué mensaje te gustaría que le quedara al público luego de ver la película?
—Ojalá que esta peli siga abriendo el camino para que amar no sea pecado y la gente pueda sentir los sentimientos de los personajes. Yo creo que El secreto de la montaña dio un mensaje de homofobia, y la diferencia es que nuestra película dio un mensaje de amor. Pienso que en tiempos como los actuales, este film llega a tiempo, llega en un buen momento para dar este mensaje. El amor es amor, en cualquiera de sus formas.