Por Juan Trento
Este domingo cuando faltaban algunos minutos para llegar a las dos de la madrugada, vecinos que viven en inmediaciones de Pedro Vittori y Pedro Zenteno, en barrio General Alvear, denunciaron a la central de emergencias 911 sobre la existencia de un hombre herido del que emanaba sangre de la cabeza en la vereda de un local de adiestramiento canino.
Al lugar llegó el jefe de la Comisaría 11 y con sus oficiales y luego lo hicieron los del Comando Radioeléctrico capitalino. Cuando iluminaron el lugar con una linterna, constataron la veracidad del suceso denunciado y que la víctima aún estaba con vida. Los policías mediante el 911 convocaron a los servicios de emergencia. Minutos más tarde llegó un médico en una ambulancia del SIES 107 y constató el fallecimiento. Luego hallaron documentación personal de la víctima en su indumentaria y constataron que el fallecido se llamaba Carlos Gabriel Olivera de 39 años.
Los policías de Orden Público y de Cuerpos que se sumaron después a la preservación de la escena del crimen, intentaron ubicar a testigos del suceso que pudieron proporcionar información, como también la ubicación de cámaras de videovigilancia que pudieran contener imágenes que describirían el suceso para poder aprehender al asesino en caso que se trate, como lo señalaban los indicios, de un homicidio.
Luego, los policías capitalinos, anoticiaron a sus pares, los pesquisas de Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), y éstos llegaron pocos minutos después a la escena del crimen en la zona de la ciclovía de barrio General Alvear. Previamente a eso, los policías capitalinos identificaron a dos hombres de 31 y 32 años que podrían tener información vital sobre la ocurrencia del suceso.
El fiscal de homicidios en turno ordenó ordenó varias medidas urgentes en torno al caso. La realización de los peritajes criminalísticos en el lugar del hallazgo del cadáver que sufrió una muerte violenta, y el trabajo que fue realizado por los agentes del área Científica de la AIC. Luego, cuando éstos concluyeron y también por orden fiscal, el cadáver fue removido de la escena del crimen y trasladado a la morgue judicial para la realización de la necropsia. Los policías informaron al fiscal sobre la existencia de cámaras de videovigilancia en la zona que deberían contener las imágenes del suceso.