Un convicto por homicidio alojado en la cárcel de Piñero fue imputado por una estafa con la venta de una vivienda humilde de barrio Triángulo a fines del año pasado. Una vez ocupada la casa, la compradora –que pagó 1.5 millón de pesos– empezó a recibir amenazas y fue echada a los tiros.
La imputación por varios delitos también alcanzó a la pareja del recluso, que se encuentra prófuga. El mismo domicilio apareció en las crónicas policiales de 2017 cuando fue allanado en el marco de la desaparición de un hombre que luego fue hallado asesinado en un descampado.
Según la denuncia realizada por la víctima en el Ministerio Público de la Acusación (MPA), en noviembre de 2022 compró una de las tres propiedades (supuestamente independientes entre sí) ubicadas al 3350 de calle Barra que estaba ofrecida en Marketplace, el sitio de compraventas de Facebook.
Para realizar la transacción, se encontró con una tal “Carla Ruíz” a quien le pagó 1.5 millón de pesos en dos cuotas. Primero fueron 1.3 millón que abonó el 12 de noviembre y 30 de diciembre pagó los 200 mil restantes. “Me dijo que vendía la casa porque le quedaba grande a ella e iba a comprar una más chica”, dice la declaración. Una vez hecha la compra, extrañamente Carla Ruíz bloqueó su contacto en WhatsApp.
Carla Ruiz “era flaquita, rubia; me dijo que tenía 26 años, parecía de más. Tenía una hija, la vi a la nena, vino el día que hicimos la entrega de la plata porque yo le pagué en dos pagos. Supuestamente ella vivía antes ahí. Pero su dirección actual nunca me dijo”, expuso la víctima.
Un mes después, el 28 de enero, comenzó la pesadilla. La casa fue blanco de amenazas y una balacera.
“Yo me encontraba en mi casa con toda mi familia, estaba mi hermano, estábamos cenando en la vereda, pasó una moto, había dos pibitos y tiraron. Fue el mismo día que me dejaron una nota, que fue en la madrugada, y a la noche nos balearon”, expuso la víctima.
Para el 14 de febrero, ya con la casa ya desocupada por temor, la víctima observó que el frente del domicilio se encontraba pintado de otro color, y además le habían cambiado la cerradura. Tres días después hubo un intento de restitución de la vivienda. Pero el 18 de febrero, recibió una llamada en número privado. Una voz le dijo que la casa no le pertenecía más y la amenazó.
La causa fue delegada a personal de la Brigada de Balaceras de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), que con tareas de campo, escuchas telefónicas y entrevistas concluyó que Carla Ruiz no era el nombre verdadero de la supuesta vendedora.
Además, el impacto de las antenas telefónicas y las escuchas arrojaron que esta mujer era interlocutora de un recluso de la cárcel de Piñero, luego identificado como Ismael Edgardo González (39), actualmente purgando condena por homicidio. En julio de 2013 recibió una pena de 23 años de cárcel por varios delitos, entre ellos el crimen de Arturo Beltrán Correa durante un asalto ocurrido en 2010 en barrio Tío Rolo. La pena se unificó con una anterior que estaba cumpliendo al momento del asesinato.
Este viernes los fiscales Federico Rébola y Franco Carbone imputaron a González y a su pareja Daniela Carla R. –“Carla Ruiz”, prófuga con pedido de captura– de haber participado de un plan criminal “consistente en cederle la posesión del inmueble de calle Barra 3350 de Rosario a la víctima (mediante boleto de compraventa y pago contra entrega de 1.5 millón de pesos) para luego bajo intimidación y violencia (ataque armado al domicilio) hacer que la víctima abandone la propiedad para recuperar la posesión de la misma”.