A quince días del balotaje, el ministro de Economía y candidato a presidente por Unión por la Patria (UxP), Sergio Massa, visitará en el inicio de la semana entrante las provincias de Córdoba y Santa Fe con el objetivo de incrementar el apoyo entre el electorado de la región centro a través de un mensaje superador a la grieta.
Entre el lunes y el martes, el postulante de la coalición peronista insistirá con su compromiso de llevar adelante "un Gobierno de unidad con los mejores" a partir del 10 de diciembre, con la promesa que en las últimas semanas se convirtió en una de las claves de su campaña: "Se viene una nueva etapa en la Argentina".
En la recta final rumbo a la segunda vuelta, el comando electoral de UxP diseñó una agenda sin respiro con recorridas por provincias y municipios, una sucesión de actividades que incluirá la participación de Massa en el debate presidencial que tendrá lugar el domingo 12 de noviembre en la Facultad de Derecho de la UBA, en la Ciudad de Buenos Aires, donde debatirá mano a mano con su rival Javier Milei (La Libertad Avanza, LLA).
A diferencia de la campaña para la primera vuelta, UxP esta vez no centrará sus actividades proselitistas en la región norte, donde el 22 de octubre el oficialismo logró sumar cientos de miles de votos que fueron determinantes en la recuperación respecto a los resultados de las primarias.
En este tramo del calendario electoral, Massa está inmerso en la conquista de los votantes de Córdoba: se trata de un electorado complejo porque, a priori, está compuesto por votantes reacios a votar al justicialismo y al kirchnerismo, ya que tiene un origen de tradición radical o de peronismo disidente con un fuerte espíritu local.
Frente a la provincia mediterránea, la carta que maneja Massa es, principalmente, su perfil de dirigente moderado, dialoguista, pero con firmeza en la gestión; atributos que combina con capacidad de conducción e independencia política.
En más de una oportunidad, el candidato presidencial destacó su pertenencia al espacio político creado por él mismo en 2013, el Frente Renovador, a partir del distanciamiento y ruptura con la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
"Mi jefe soy yo. No tengo jefes. A partir del 10 de diciembre, será mi Gobierno. Soy peronista. Soy del Frente Renovador", son algunas de las frases que reiteró Massa en distintas oportunidades para marcar su independencia política.
Tal declaración no implica que Massa no mantenga diálogo con la titular del Senado, como lo tiene también con el presidente Alberto Fernández.
Al contrario, el ministro-candidato les reconoce a ambos dirigentes que le hayan dejado la centralidad política del espacio, lo que refuerza su rol de candidato.
Esta independencia política será clave para sumar votos entre aquellos que no tienen simpatía con el kirchnerismo clásico y quienes ven a Massa como un dirigente justicialista que supera esa etapa de 'K o anti K', justamente por su trayectoria política.
Tras el acuerdo de Milei con el expresidente Mauricio Macri en las 48 horas posteriores a las elección general, esa noción de "no tener jefes políticos" es una herramienta que el candidato peronista explotará aún más.
Eso también le servirá a Massa para buscar el contraste con su competidor, ya que Milei -al aliarse a Macri- le imprimió un giro drástico a su posicionamiento y quedó expuesto a ser visto por la sociedad como una figura política subordinada que es 'conducida', en las sombras, por el exmandatario.
Los cambios en el discurso y en la actitud de Milei y otros referentes ultraliberales de LLA fueron notorios, por lo que desde el laboratorio de campaña de UxP advirtieron en los últimos días que Massa debía destacar aún más las diferencias de perfil con el mediático economista.
Para los asesores de la campaña y los expertos en comunicación, la personalidad de Milei y la sospecha de una hipotética inestabilidad emocional conforman un círculo que "alarma a la gente y da miedo", porque la mayoría de los argentinos no desea que el país sea gobernado por alguien así.
En contrapartida, Massa buscará expresar un perfil 'presidencialista' a través de su experiencia como gestor, el conocimiento del Estado y los rasgos políticos que lo definen, como "moderado, dialoguista y portador de propuestas a futuro".
Además, en estas últimas dos semanas, el candidato remarcará su capacidad de actuar con "firmeza a la hora de tomar decisiones" y, subrayan en su entorno, "siempre a favor de las mayorías".
"Sergio no le huye a los problemas. Los toma y trabaja hasta solucionarlos como sea. El tema de la nafta es un claro ejemplo", reflexionan desde la mesa 'Massa presidente', en donde esperan que esa actitud sea valorada por los electores al pronunciarse en las urnas.
"Sergio Massa no le huye a los problemas. Los toma y trabaja hasta solucionarlos como sea. El tema de la nafta es un claro ejemplo"
Para los encargados de la estrategia de campaña de UxP, en el balotaje se pone en juego el futuro de la Argentina, pero no habrá un juzgamiento a este Gobierno nacional ni a las propuestas de Massa sino que "es un plebiscito a Milei", por lo que ya en las redes sociales se lanzó la campaña "Argentina o Milei" con el hastag #MileiNo.
Otra de las ideas que atravesará las últimas dos semanas es la propuesta de pacificación que promueve Massa, que pretende reorganizar el clima político modificando las relaciones entre los distintos partidos y la cosmovisión de la vida en el país, en el que hace años que cualquier cosa se divide en dos y cae en la denominada 'grieta'.
"La grieta se murió. Conmigo, la grieta se termina el próximo 10 de diciembre. Voy a convocar a la unidad nacional con un gobierno de los mejores", resaltó Massa en el búnker del barrio porteño de Chacarita en el Complejo C Art Media en la noche del 22.
En Santa Fe
El martes, Massa se trasladará a Santa Fe, otra provincia que presenta un desafío para el peronismo luego de una mala elección en las PASO, que luego se mejoró mucho en la general. Santa Fe y la coalición peronista tienen una relación con vaivenes por el peso enorme de su estructura agropecuaria y agroindustrial.
En ese sentido, el secretario de Agricultura y hombre de confianza de Massa, Juan José Bahillo, salió este sábado al cruce de una versión que indica que si Massa ganara las elecciones podrían subir los impuestos al campo.
Bahillo fue tajante en la desmentida: "Sergio Massa está pensando en bajar impuestos al sector agropecuario y no en subirlos. Quiero llevar tranquilidad a los productores", remarcó esta mañana.