Al despertar cada mañana, nuestros primeros movimientos suelen ser estiramientos instintivos. Lejos de ser simples reflejos, brindan beneficios significativos físicos y mentales, preparando el cuerpo y mente para afrontar el día.
Al levantarse, es común sentir cierta rigidez o cansancio residual. Estirarse tras despertar activa los músculos y alivia tensiones acumuladas durante el sueño, donde los músculos pierden tono y se acumulan tensiones, especialmente en la espalda. Estos movimientos disuelven la tensión muscular e impulsan la energía mental y la concentración.
Incorporar estos estiramientos en tu rutina matutina es un paso sencillo pero efectivo para mejorar tu flexibilidad, aliviar tensiones y preparar tu mente para la jornada.
Algunos ejercicios que podés hacer:
Tocar el techo: desde tu cama o de pie, extendé tus brazos hacia adelante y luego hacia arriba como si quisieras tocar el techo. Hacé este movimiento lentamente durante aproximadamente 30 segundos.
Movimiento corporal completo: mové tus brazos en distintas direcciones, girá suavemente tu cintura, jugá con tus dedos y hacé círculos con tu cuello. Este ejercicio ayuda a activar cada parte de tu cuerpo.
Tocar los talones: inclinate con suavidad hacia tus pies intentando tocar tus talones. Mantené esta posición durante 10 a 15 segundos y luego levantate lentamente. Repetí tres veces.