Este domingo, Marina Calabró peleó dos frentes: el de ganar el Martín Fierro a la mejor columnista de espectáculos y también mostrarles a todos que su relación con Rolando Barbano andaba sobre rieles, pese a la breve separación que superaron hace unas semanas.
Al momento de recibir la estatuilla, la periodista sorprendió a todos con su discurso: "Gracias APTRA y lo quiero compartir y dedicárselo a mi amor, sí, a vos, Rolando, a vos", en referente a Rolando Barbano, quien se encontraba allí sentado. Tras esto, Fer Dente lanzó un "se picó" sorprendido por lo ocurrido, lo que fue apoyado por su compañera de conducción.
Luego, fue el turno del periodista que recientemente entrevistó al condenado Máximo Thomsen. En su caso, la premiación fue por su trabajo como Columnista policial o judicial, también en Radio Mitre. Lo llamativo fue que, al momento de dar algunas palabras al micrófono, el especialista en policiales se acordó de todos, menos de Marina: "Para mí es importantísimo en este momento recibir este premio, recibirlo con mi hijo Rocco, a quien se lo dedico, se lo dedico a mi hija Nina, que está en casa", inició.
Y agregó: "A mi viejo querido, que seguro me está mirando, a mi mamá, a mi hermana, a mis amigos, y a la gente de la 271. Gracias APTRA", señaló, desairando por completo a quien quedó claro que es su actual pareja.
Inmediatamente, el periodista recibió abucheos de varios de los presentes que, rápidamente, notaron el desaire a su pareja y colega. Por su parte, Marina se mostró incómoda y hasta angustiada por lo sucedido, aunque al momento no se ha referido al triste episodio que le hizo protagonizar el hombre con quien mantiene un romance a viva voz.
"Marina":
— ¿Por qué es tendencia? (@porquetendencia) June 17, 2024
Por comentarios sobre las dedicatorias de Marina Calabró y Rolando Barbano en los #MartinFierro de radio pic.twitter.com/xPxeE8EmOC
Al regresar a la mesa, Barbano encontró a Marina hablando con Nancy Duré y Marcela Tauro sobre lo que acababa de ocurrir. Ella se sentó a su lado, pero no hubo abrazo como el que se dieron cuando ella llegó con la estatuilla a la mesa, solo un gesto adusto de parte de ella, que, pese a todo, explicaba abiertamente en el salón que “271″ es una forma en la que el periodista la llama, al estilo del “540” con el que Javier Milei se refería Fátima Florez.