El estadio quedó en silencio cuando Lionel Messi estrelló el primer penal de la Selección argentina en el travesaño. El astro, con una sutileza, quiso vencer la resistencia de Alexander Domínguez y la serie comenzaba cuesta arriba. La imagen del lamento hizo regresar a los fanáticos tiempo atrás, pero el Dibu apareció para clasificar a la Scaloneta a la semifinal de la Copa América.
Apenas erró su remate, Leo agachó la cabeza y volvió hacia la mitad de la cancha pero el arquero ecuatoriano tuvo un enorme gesto en medio de la euforia. Caminó hasta donde estaba el capitán, lo abrazo, y le dio un beso en la cabeza para consolarlo aunque poco pudo hacer ante la amargura del "10".
Inmediatamente llegó la primera ataja de Emiliano Martínez y su cara cambió, volvió a vivirlo como siempre lo hace. Luego, con la clasificación consumada, corrió con una enorme sonrisa para abrazarse con todos pero sabiendo que no fue su mejor noche.
Después de varios días con muchas especulaciones por la molestia muscular que había sufrido ante Chile, el rosarino fue finalmente titular, jugó los 90 minutos del encuentro, sin embargo tuvo pocas intervenciones y no fue el as de espadas que suele ser para el equipo de Lionel Scaloni.
Tras la clasificación, Rodrigo de Paul elogió a su compañero por el esfuerzo que hizo para estar. "He visto hasta qué horas se queda trabajando para recuperarse y poder estar con nosotros. Lio es como un hermano mayor para nosotros, nos da mucha seguridad", reveló.