Dos de los mejores jugadores de la historia como Lionel Messi y Cristiano Ronaldo vivieron situaciones muy similares esta semana, que dejan en pura evidencia por qué fueron los reyes durante casi dos décadas del fútbol mundial y aún poseen hambre de gloria, siendo fiel a su estilo competidor.
Lo que vimos anoche con el capitán de la Selección nacional nos recordó a momentos dolorosos de aquella seguidilla de finales perdidas entre 2014 y 2016, ese último año también en Estados Unidos.
Tras el empate 1 a 1 en tiempo regular frente a Ecuador por los cuartos de final de la Copa América, Messi erró el primer penal de la serie y allí todo parecería venirse abajo.
Sin embargo, mientras Emiliano "Dibu" Martínez defienda los tres palos con el manto albiceleste, siempre hay que saber que estaremos bien protegidos. Y así cumplió, tapó los primeros dos disparos del rival para darle oxígeno a sus compañeros e inyectarle la dosis de confianza que anhelaban en un momento que parecía desolador.
Fue así que el superhéroe rosarino, esta vez no pudo salvarnos y necesitó que lo salven. Y qué lindo que haya sido “Dibu” para darnos la clasificación a semifinales y permitirle a Lionel que extienda su legado.
Otro superhéroe que necesito de manos salvadoras para seguir con vida con su Selección fue ni más ni menos que Ronaldo.
El martes pasado, Portugal enfrentó a Eslovenia por los octavos de final de la Eurocopa y su referente malogró un penal en tiempo suplementario que podría haberle dado la victoria a su país. Su llanto en medio del encuentro emocionó a todo fanático del fútbol.
Eslovenia se ilusionaba con dar el golpe pero apareció el arquero portugués Diogo Costa para convertirse en figura, salvar a su capitán y meter a su equipo en los cuartos de final en una actuación memorable.
A veces… los superhéroes también necesitan ser salvados.