Fútbol - Por César Carignano

Martes 30 de Agosto de 2016 - 16:15 hs

"Un inicio eficiente para los santafesinos"

Columna de opinión sobre le debut de Unión y Colón en el torneo de Primera División.

Que hayan arrancado con un triunfo el campeonato, simultáneamente, después de tanto tiempo es un mérito conjunto; que sus centrodelanteros hayan convertido en la primera gala es una satisfacción compartida; y que el triunfo sea lo más valioso del inicio, también. Son realidades inobjetables.

Pero más allá de esto, y aunque un análisis apresurado pueda exponer algunas similitudes, sería un facilismo emparentar demasiado los partidos. Por la actualidad de los procesos que se viven en cada institución, por las propuestas futbolísticas, por los escenarios y por los rivales que enfrentaron las conclusiones tienen matices diversos, aunque los porotos finalmente estén hoy -felizmente- en las arcas de nuestra ciudad.

El domingo en el 15 de Abril, Unión debía demostrar capacidad para suplantar importantes ausencias como la de Malcorra, Riaño y Martínez. Y lo logró de a ratos. El eje hasta aquí, por lo que habíamos visto, parecía ser Rolle. Pero ante Olimpo ese papel lo desempeñó Anselmo en primer lugar, y los volantes centrales en segundo término. El atacante disputando cada pelota larga para tratar que Unión construya a partir de segundas pelotas, lejos de Nereo; y Acevedo y M. Pittón para distribuir ese balón que servía el bueno de Federico batallando con la defensa bahiense. Así llegó la jugada más clara de la tarde, que culminó en la gran definición del 9, tras una subida limpia de Britez, de esas que pocas veces pudo generar el Tate, por derecha o por izquierda. Seguramente el partido rudo y de parejas que planteó el aurinegro tuvo que ver con ello. Del mismo modo que influyó en la incomodidad constante de Rolle para fabricar fútbol, lo que aisló a Gamba y Godoy en ataque.

Los rivales juegan, más allá de sus nombres, y los partidos deben resolverse de la mejor manera. El juego exigió disciplina, orden y mucho sacrificio. Y los jugadores locales respondieron. Cerraron su arco, más allá de la intención claramente ofensiva de la visita en el complemento; retrocedieron en bloque -muy resaltable lo Gamba en este aspecto-; intentaron descansar en los pies de Acevedo y de Villar luego; aunque carecieron de piernas para armar la contra justa que cierre un encuentro que estuvo en vilo por la cercanía del resultado más que por el peligro real que generó el rival. Quedarán en el debe la generación de fútbol, la verticalidad que lo identifica y la profundidad, pero amén de lo ocurrido con Unión Aconquija este era el verdadero regreso a la actividad y los nervios, las ansiedades y la adrenalina juegan su papel. Se precisaban los tres puntos y acá quedaron.

Anoche en tanto, Colón hizo su estreno en Mar del Plata. Por el barrio Centenario las incertidumbres giraban en torno a la propuesta de Montero, a los refuerzos y a la reinvención de varios intérpretes que no habían culminado en buen nivel el ciclo anterior. Y la primera impresión fue interesante. Se propuso adueñarse de la pelota y tenerla lejos de su arco echando mano a su buen pie, cosa que logró, pero sin arrimarse demasiado a la portería rival. Salió jugando de abajo, sumó gente con criterio al ataque y defendió, como se pregonaba en la previa, lejos de Fatura. Logró abrir el marcador en su primera opción de gol, cuando era superior, de la mano de su emblema y del instinto del goleador que volvió para serlo nuevamente.

Pero a partir de allí dividió la pelota y perdió el dominio, cedió el protagonismo a un rival que no lo pedía, pero que con el correr de los minutos lo asumió y lo doblegó merodeando largo rato el área de Broun. Aceptó jugar pelotas largas y fue superado por el oponente, porque fundamentalmente, no es ésta su mayor virtud.A diferencia del semestre pasado el retroceso fue ordenado y compacto la mayor parte del tiempo. Esto le impidió a Aldosivi transformar aproximaciones en chances concretas; fue, en cambio, a través de la pelota parada que pudo haber igualado -de hecho lo hizo, en una jugada mal anulada-.

El juego requería una contra para cerrar el pleito y el Sabalero la encontró cuando el local mermó un poco su ofensiva. El banco aportó frescura y Blanco una asistencia precisa, para que Lagos defina.

Lo holgura del score final poco tiene que ver con las diferencias vistas en el juego. Pero con el objetivo manifiesto de engrosar el promedio, iniciando además en rodeo ajeno y ante un rival con metas similares la victoria vale mucho más que tres puntos.

Sería complejo determinar justicia en los resultados de nuestros equipos, méritos han hecho ambos, porque convertir no resulta muy sencillo en estos tiempos. No obstante, se precisará de mejores rendimientos, de agregar recursos a los mostrados para seguir edificando realidades y colmando expectativas.

Asumir lo ocurrido este fin de semana con sinceridad será determinante; y aprovechar la felicidad para acentuar, corregir y mejorar, entendiendo que esto es solo el inicio, será clave. Mientras tanto, Santa Fe sonríe.

 

Fuente: LT10