La mejor manera de encarar el día es tener un buen descanso. No hay buena salud sin una noche reparadora y, para ello, es clave crear las mejores condiciones para dormir. Elegir un buen colchón, en primer lugar, y luego averiguar cuáles son las mejores almohadas para dormir, cuidando tu columna y tu cuello. Hay una gran variedad de opciones. Descubre la ideal para tu cuerpo y tus hábitos de sueño.
Cómo elegir las mejores almohadas para dormir
Lo primero que hay que saber es que el tipo de almohada que resulta bien para cada uno es algo muy personal.Algunos prefieren alternativas más duras y otros súper blandas, y hay quienes les gustan altas y quienes buscan las más finitas del mercado.
También hay almohadas terapéuticas, fabricadas para ayudar en problemas lumbares o cervicales, y opciones para distintos momentos del día (para leer o ver televisión, por ejemplo) o para alguna etapa en particular, como un embarazo.
Cuál es la mejor almohada
Una de las preguntas más comunes que reciben los traumatólogos es si el dolor de cuello o espalda puede ser debido a una almohada inadecuada. Y la respuesta, en general, es que “sí, puede ser”: pasamos una media de 8 horas descansando sobre ella y debe ser una gran aliada del sueño reparador. Una buena almohada puede prevenir o aliviar algunos dolores de cuello y espalda y vale la pena invertir en ella.
Cómo elegir una almohada para dormir
Al empezar a averiguar cuál es la mejor almohada para dormir, vamos a descubrir que hay diferentes modelos y diseños para elegir.
Lo primero que debemos saber es que el objetivo de la almohada es mantener recta la columna vertebral, rellenando la curvatura del cuello y permitiendo, de esa manera, su relajación. Lo fundamental es que tu almohada te haga sentir cómodo. No importa el consejo que te den: la ideal es la que te resulte confortable.
Algunos consejos que pueden ayudarte a identificar cuál es la mejor almohada:
- En primer lugar, la amohada debe mantener la columna vertebral en una alineación natural, como cuando estamos de pie.
- La amohada debe ajustarse a varias posiciones para dormir y debe segguir aliviando los puntos de presión más allá de cómo te acuestes. En eso es clave la textura de la almohada.
- Si la altura es demasiado alta, cuando se duerme de lado o boca abajo se aumentará la tensión muscular en la zona posterior del cuello y hombros. Además, puede obstruir la respiración, provocando el ronquido.
- Si la almohada es muy baja, pueden aparecer tensiones musculares en el cuello.
- Basado en las mediciones de nuestro cuerpo, la almohada debe mantener una altura de 10 a 15 cm, de manera que soporte adecuadamente la cabeza y el cuello
Tipos de almohadas para dormir
Existen distintos tipos de almohadas, que tienen diferentes formas o cuentan con diseños con objetivos específicos.
- Almohada tradicional: es la almohada común, alargada y estrecha. Es recomendable para cualquier postura.
- Almohada mariposa: estrecha en la zona central y se ensancha en los bordes. Está indicada para personas con dolencias de la zona cervical y dorsal.
- Almohada cervical: las almohadas para problemas cervicales están indicadas para personas con dolencias de la zona cervical y dorsal. Se trata de una almohada ergonómica que tiene dos zonas convexas y una zona cóncava, para adaptarse al cuello y cabeza. En muchos casos de dolor de cuello, el uso de una almohada cervical viscoelástica con memoria puede ayudarnos a obtener el soporte necesario.
- Almohada viscoelástica: estas almohadas están fabricadas con espuma viscoelástica y logran adquirir con el uso una forma anatómica que proporciona alivio en los puntos de presión de la espalda. Se trata de un material creado por la NASA para mitigar las presiones en los cuerpos de los astronautas en el momento del despegue. Son almohadas de una espuma suave, capaz de absorber impactos. Una de sus mejores propiedades es la capacidad de repartir el peso. Se evitan así presiones asegurando un soporte ideal para todo el cuerpo.
- Almohada anatómica: son almohadas terapéuticas, que en general están diseñadas para mejorar alguna situación física en particular. También se la conoce como almohada ergonómica se ajusta a las formas del cuerpo y no puede ser rígida en absoluto.
- Almohada inteligente: si te preguntás qué es una almohada inteligente no imagines algo muy tecnológico, pero sí algo innovador en el rubro. Son almohadas que prometen mejorar considerablemente la calidad del sueño a través de la medición de distintos parámetros asociados al descanso. Una almohada inteligente cumple la misma función que una tradicional, pero incorpora una pieza que permite gestionar características relacionadas con la forma de dormir particular de cada usuario. Lo hace en base a sensores destinados a leer los movimientos e identificar la fase del sueño que se está experimentando. Además, son capaces de recrear condiciones favorables asociadas al descanso y emiten ondas de baja frecuencia (mediante pequeños altavoces), que potencian las que produce el cerebro cuando se duerme profundamente. Se la conoce también como almohada con memoria.
- Almohada lumbar: se usa más para estar sentado que acostado. Las personas que pasan muchas horas en una silla saben que la espalda y la zona lumbar se acaban resintiendo tarde o temprano. Permanecer durante tanto rato en la misma posición, con los músculos inactivos, es algo nocivo para la estructura completa de nuestro cuerpo, un mal que podemos mitigar con el uso de almohadas lumbares. Lo que hacen es ayudar a que las presiones del peso del cuerpo se distribuyan por distintas zonas en vez de acumularse en determinados puntos, causando luego focos de dolor que además se pueden irradiar hacia otras partes.
De qué material debe ser mi almohada
Algunas almohadas son demasiado suaves y no son capaces de sostener el peso de hombros y cabeza. Otras sin embargo son tan firmes que el cuello y cabeza se ven forzados a posturas incómodas y nada beneficiosas. La almohada ideal debe ser suave y confortable, pero con el punto justo de firmeza, algo que tiene mucho que ver con los materiales con que está fabricada.
- En general, la mayoría de las almohadas están construidas en estos materiales: látex, pluma, algodón o espuma viscoelástica.
- Las almohadas de fibras sintéticas o plumas son flexibles, por lo que son recomendables para aquellas personas que duermen boca abajo.
- Para las personas que se mueven mucho a la hora de dormir, son recomendables las almohadas de látex y viscoelásticas, ya que cuentan con un sistema de memoria, y se adaptan a la persona que las utiliza.
- Para los que tienen problemas cervicales o lumbares, es bueno consultar por opciones con materiales “inteligentes”, que se adapten a la posición y al cuerpo para ofrecer puntos de alivio y descanso.
- Muchas están producidas con materiales antiácaros, hongos y bacterias.
- Relleno para almohadas: si sos alérgico, es importante chequear que el material con que está construida no afecte tu salud. Hoy hay diferentes rellenos que podés probar.
Tu almohada ideal según cómo dormís
Otro dato que hay que tener en cuenta a la hora de comprar una almohada es la postura en la que dormís:
Boca arriba: la almohada deberá ser de grosor y firmeza intermedios, que permitan la curva natural del cuello. Esto quiere decir, que si alguien nos mirara desde un lateral de la cama, nuestra cabeza debería seguir la horizontal con el colchón. Si la almohada fuera demasiado alta o baja nos levantaremos con dolor y rigidez de cuello.
De costado: la almohada debe permitir que la cabeza quede alineada con el resto de la espalda. Si nos miraran desde un lateral, las dos orejas deben estar a la misma distancia de los hombros. Para esto, la almohada deberá ser gruesa y firme para que la cabeza no quede inclinada.
Boca abajo: no es una postura recomendable, y si puedes evitarla sería mejor para tu espalda, pero ya hablaremos de eso. Sin embargo, si es el único modo en el que conseguís conciliar el sueño, una almohada blanda y estrecha será la más adecuada para permitir que la cabeza se gire de un modo natural.
Todas las posturas: si sos de los que se mueven mucho, lo adecuado será una almohada de firmeza media para poder adaptar la almohada a las distintas posiciones que adoptes.