La falta de órganos para trasplantes afecta incluso a los países líderes en donación como España. Una forma de solucionar este acuciante problema —solo en la Unión Europea supone la muerte de más de 4.000 pacientes cada año— es usar órganos de otros mamíferos.
El cerdo es el mejor candidato a ser un futuro proveedor de riñones, hígados, corazones y otros órganos.
Ya hay pacientes que llevan válvulas cardíacas de estos animales, o células productoras de insulina para la diabetes, por ejemplo, pero antes de dar el salto al trasplante de vísceras completas es necesario solucionar importantes problemas de seguridad y compatibilidad.
Ahora, un equipo de investigadores de EE UU y China publican un estudio en el que han demostrado cómo eliminar virus en cerdos vivos, un escollo que se pensaba insalvable y que impedía futuros trasplantes.
Los cerdos llevan en su genoma hasta 62 retrovirus porcinos diferentes. Estos patógenos por tanto no se pueden eliminar criando a los animales con más asepsia.
“Los retrovirus son del mismo tipo que el VIH y existe un gran temor de que se inserten en el genoma humano y causen cáncer o una infección”, explica Marc Güell, cofundador de eGenesis, una empresa estadounidense cuyo objetivo es “humanizar” los órganos y tejidos del cerdo para que sean compatibles con pacientes humanos. La empresa nació hace dos años, cuando un equipo dirigido por el George Church, de la Universidad de Harvard, del que formaba parte Güell, y sus colaboradores en China demostraron que se pueden desactivar todos los retrovirus del cerdo en células cultivadas en el laboratorio. El logro fue posible gracias a la ya ubicua tecnología CRISPR, que permite modificar cualquier parte del genoma con gran facilidad. Los investigadores las usaron para localizar y cortar un gen llamado pol, que es la columna vertebral de todos los retrovirus porcinos conocidos. Sin este gen, ningún retrovirus puede encender su maquinaria molecular para replicarse.
En un nuevo estudio publicado en Science, los mismos investigadores han demostrado que los retrovirus del cerdo pueden activarse e infectar células humanas, lo que confirma los temores que mencionaba Güell. Pero los investigadores también han demostrado cómo crear los primeros cerdos del mundo totalmente libres de retrovirus. Primero tomaron células de la piel de una oreja de un cerdo convencional, aplicaron CRISPR para desactivar todos los virus presentes en su genoma y después crearon clones de ese cerdo libre de virus que fueron gestados en el vientre de cerdas, una clonación convencional. Los animales resultantes, criados en China, “tienen unos tres meses de vida y parecen estar totalmente sanos”, explica Güell. Son los primeros del mundo que, gracias a la edición genética, pasarán de generación en generación un genoma limpio de retrovirus.
El trabajo supone la demostración “práctica” de que es posible eliminar los retrovirus del genoma porcino, resalta Güell. Las células de los cerdos expresan en su superficie proteínas que el sistema inmune humano no reconoce e intenta destruir, causando el rechazo de un tejido o un órgano. Este problema se podría solucionar creando cerdos transgénicos que produzcan proteínas humanizadas o realizando trasplantes de células porcinas a humanos para que el sistema inmune las reconozca como propias y no rechace un posterior trasplante. La empresa estadounidense ya está trabajando en este problema y también en corregir posibles incompatibilidades fisiológicas inherentes a cada órgano. “Por ejemplo”, explica el bioquímico catalán, “con el riñón, que es uno de los primeros órganos que se intentarían trasplantar, hay un problema, porque la sangre humana reacciona y se coagula dentro del órgano del cerdo”.
Church cree que todos estos problemas se pueden solucionar pronto y calcula que los primeros trasplantes experimentales en humanos, como parte de ensayos clínicos, pueden comenzar este mismo año. En abril, Smithfield Foods, uno de los mayores productores de carne de cerdo del mundo, creó una unidad de biociencia destinada a criar cerdos destinados a futuros trasplantes. La empresa es propiedad del grupo WH de China, el mayor criador de cerdos del mundo.