Preparar la comida suele ser una actividad asociada al hábito de probar. Facilita el “picoteo justificado” y es, para muchos, la fuente de aquellas calorías que se suman sin saber de dónde vienen.
Por tal motivo, mirá algunas sugerencias que pueden ayudarte a evitar comer mientras cocinás y de esta forma reducir calorías a tu dieta.
Estas ideas son para evitar que al estar a cargo de la cocina arruine sus mejores intenciones:
* Si podés, delegá la tarea de preparar los alimentos en otra persona. Dale indicaciones precisas respecto de las cantidades de aceite y otros aderezos a usar y los métodos de cocción. Tu esfuerzo puede perder efectividad si fallan esos aspectos (y tal vez no sepas dónde buscar el problema).
* Cociná en los momentos en que tengas menos apetito. Por ejemplo, prepará el almuerzo después del desayuno o la cena después del almuerzo.
* Prepará platos de más y colocalos en el freezer. A la hora de comer sólo necesitarás calentarlos y evitarás la oportunidad de tentarte.
* Mientras cocinás, tené a mano hortalizas o frutas cortadas, como trocitos de manzana o zanahoria.
* Degustá un caramelo ácido o comé pickles.
* Masticá chicle o cáscara de limón.
* Engañá al estómago con líquidos fríos (por ejemplo, jugo de limón con soda o gaseosas light ya que las burbujas surten un efecto saciador) o calientes (infusiones solas o con edulcorante).
* Antes de sentarte a la mesa, tené en claro qué vas a comer, independientemente de las cantidades o platos que sirvas a los demás.