El Concejo Municipal aprobó modificaciones al Reglamento de Ordenamiento Urbano, en base a un mensaje que envió el Ejecutivo y a las modificaciones consensuadas en las comisiones.
En términos generales, se buscó hacer aportes para futuras estrategias ambientales y potenciar las oportunidades de articulación público-privada, teniendo en cuenta que la expansión de la ciudad requiere adaptaciones de las normativas urbanísticas.
El concejal Lucas Simoniello, uno de los ediles que trabajó en esta readecuación, explicó que “reformar la normativa del convenio urbanístico de la ciudad de Santa Fe es definir cómo queremos crecer y potenciar a la ciudad y cómo generar reglas claras para todos. En los últimos años, la ciudad ha crecido mucho, pero algunos barrios siguen con déficits en materia de infraestructura como asfalto, cloacas, y servicios como luz y gas. El desafío que tenemos todos como ciudad es resolver de manera urgente estas deudas, si queremos estar a la altura de las nuevas demandas que nos plantea el siglo XXI”.
La innovación consiste, específicamente, en que un porcentaje de los metros cuadrados que se permitan construir ya no sean otorgados por normativa, pasando a estar disponibles para ser comprados por los interesados, a un valor que dependerá de la magnitud de las obras en cuestión.
Esto permitirá la articulación público privada, generando recursos para obras públicas, las cuales deberán ser definidas por el Concejo y evitando, a su vez, que esos recursos vayan a rentas generales o a gastos corrientes como el pago de sueldos. “En definitiva, proponemos construir juntos una mejor ciudad, movilizando recursos que permitan tener más obras. Esta combinación de herramientas es innovadora y aportan como acciones positivas frente al cambio climático”.