“Luego de dar a luz a Austin estaba muy molesta con mi cuerpo. Mi estómago parecía un globo desinflado y tenía estrías oscuras por todos lados, a pesar de haber usado todas las cremas posibles para prevenirlo”, declaró a la revista People. “Fui muy inocente porque nadie muestra la verdad”, sentenció.
“Fue muy impactante ver cómo queda un cuerpo normal después de tener un bebé, algo que nunca se publica en redes sociales. Me sentí muy sola y no podía encontrar a nadie con quien relacionarme”, contó.
Así fue como esta joven decidió dar un paso adelante y mostrarse tal cual es, en una enorme lección de aceptación. En sus redes sociales pueden verse imágenes sin retocar de su cuerpo a medida que transita el camino de la actividad física.
“Puede dar miedo mostrarnos tal cual somos en una plataforma que enaltece el retoque digital y las cirugías, pero solo tuve que lidiar con gente odiosa en contadas ocasiones”, aseguró.
Mia aumentó casi 20 kilos durante el embarazo y ahora, a dos años de tener a Austin, asegura que se siente mejor que antes. “Antes del embarazo no tenía una vida saludable. Tenía una talla muy pequeña que mantenía a costa de comer muy poco. En ese momento odiaba mi cuerpo, ya que nunca llegaba a ser lo suficientemente flaca”, recordó.
Ahora asiste varias veces en la semana al gimnasio y toma al menos dos litros de agua por día. Come de forma saludable pero tampoco se priva de nada. “Solo quiero ser un buen modelo a seguir para Austin y demostrarle que el estado físico y la vida saludable puede ser divertida, sin necesidad de restringir nada”, confesó. “No tengo ninguna meta de peso o talle. Los números no significan nada, todo depende de cómo te sientas. Y amo a mi cuerpo tal como está. Y esto incluye mis estrías y mi cicatriz”, afirmó.
La mujer pidió a otras mujeres que “no sean tan duras consigo mismas. Crearon un pequeño humano en su cuerpo, así que se verá diferente. Tenemos todo el tiempo del mundo para cambiar la forma en que nos vemos, pero no podemos dejar que las inseguridades nos impidan generar recuerdos con nuestros hijos. ¡Pónganse una bikini y vayan a nadar!”, concluyó.