Todos tenemos momentos de ansiedad y eliminarla es imposible. Pero sí podemos aprender a manejarla, para que no interfiera en nuestra vida. Aquí, los tips que debemos conocer.
Si bien todos estamos inmersos en la misma realidad, no todos la vivimos de igual manera. ¿Qué cambia? La forma en que cada uno percibe, interpreta y decodifica los hechos. Esa manera de ver el mundo está muchas veces condicionada por el grado de ansiedad que cada uno tiene.
Es importante saber que tener ansiedad es normal, que viene en ciertas situaciones y se debería ir. El objetivo no es tener una ansiedad cero, la idea que es aceptar la ansiedad, aprender a reconocerla y saber cómo manejarla. ¿Manejarla? Sí, podemos aprender recursos para tenerla bajo control:
- A la ansiedad no hay que eliminarla: el secreto está en aprender a manejarla.
- Para manejarla (y reducirla) primero hay que identificarla y registrarla como tal.
- Reconocer que nuestro cuerpo tiene energía limitada: no hay que exigirle más de la cuenta.
- Identificar los pensamientos o diálogos internos que nos hacen poner ansiosos.
- Hay que aprender a relajarse, existen técnicas para ello.
- Tener un buen baño, con agua calentita y prepararse para descansar. Relajarse lleva tiempo, no se logra rápido.
- Poner música tranquila o con sonidos de la naturaleza nos ayuda a bajar el ritmo acelerado del día. Mediante técnicas de respiración, relajación y visualización podemos imaginar un espacio donde poder entregar cuerpo y alma. Crear un clima propicio para mimetizarse con esa música y adentrarse en ese paisaje mental para encontrar paz y tranquilidad que el mundo real no nos permite.
- Planificar, agendar tiempo para descansar, desenchufarse y conectarse con uno mismo y con nuestros afectos.
- Divertirse, reírse mucho y compartir momentos con amigos.
- Reconocer e intentar evitar las situaciones que nos disparan la ansiedad.