Todos en algún momento hemos recalentado la comida del día anterior, ya sea porque sobró o porque la preparamos como vianda para el trabajo. Pero seguramente no tenemos en cuenta a la hora de cocinar cómo hacerlo para que consumirlo otro día no afecte al sabor del plato.
Primero de todo, tenemos que tener en cuenta que las comidas que ya están cocinadas deben estar fuera de la heladera un máximo de dos horas. Pasado ese tiempo se deben refrigerar inmediatamente sino los alimentos pueden verse afectados y su posterior consumo no es recomendable.
Es mejor almacenar los alimentos en porciones chicas y separadas porque, por un lado, se refrigeran más rápidamente y, por otro, se facilita el recalentamiento posterior. Asimismo, los recipientes deben contar con tapa para que los compuestos de sabor no se pierdas en la heladera o el freezer.
En el caso de recalentar la comida al fuego, no se debe hacer con la llama muy alta y prolongada porque el plato pierde sabor en el proceso. Tenés que tener paciencia y hacerlo a fuego lento para preservar la integridad de los alimentos.
La excepción a esa norma es en el caso de las sopas o salsas, para las cuales es mejor hacer que hiervan y luego dejarlas a fuego lento hasta que alcancen una temperatura estable de alrededor de 75ºC.
En el caso de optar por el microondas, es aconsejable imitar las indicaciones de calentar al fuego. En lugar de ponerlo a máxima potencia durante pocos minutos, elegí una potencia intermedia y dejalo más tiempo en funcionamiento. En resumen, la ansiedad es mala compañera a la hora de calentar la comida, sea cual sea el formato.