Estás en la oficina o en casa y después de comer te agarra un sueño incontrolable que puede durar apenas cinco minutos o hasta dos horas después de que hayas levantado los platos. No sos el único a quien le pasa, es un fenómeno frecuente llamado “marea alcalina”.
Esa sensación de cansancio o somnolencia que se experimenta después de comer ocurre porque el sistema nervioso parasimpático se activa, lo que hace que disminuyan las reservas energéticas del organismo.
Al ingerir alimentos el estómago genera ácido clorhídrico y para mantener bajo control esos niveles de acidez el cuerpo produce bicarbonato. Para poder segregar este último se intercambian electrolitos de la sangre en las células del estómago.
Si se ingieren en exceso grasas u otros alimentos pesados la producción de ese ácido aumenta, por lo que se destina más sangre al funcionamiento del sistema digestivo. Todo ese proceso agota al cuerpo y genera sueño.
¿Qué hacer para remediar la modorra después de comer?
En el caso que el sueño se apodere de vos y tengas que ponerte de nuevo a trabajar podés aplicar varios de estos tips para reducir las chances de que te entre modorra:
- Elegí un menú bajo en grasas porque facilitás la digestión. Por ejemplo, las carnes blancas se digieren más rápido como el pollo o el pescado.
- Consumí más verduras.
- Comé cantidades más chicas y a un ritmo más lento.
- Dividí las comidas diarias entre tres y cinco. De ese modo podés reducir las cantidades de cada una sin pasar hambre ni sobre exigir al estómago con un fuerte atracón.
- Caminá de 10 a 15 minutos después de comer para aumentar la circulación de la sangre en el cuerpo.
- Tomá agua abundante para favorecer la digestión. La única forma de usar la energía que aportan las calorías que ingerís es con el oxígeno del agua.
- Tomá un poco de sol porque la vitamina D reduce la producción de melatonina, una hormona que interviene en el ciclo natural del sueño.