Comer tarde repercute en las bacterias de nuestro organismo y eso puede provocar problemas metabólicos e intestinales, inflamación, y hasta pérdida de peso. La investigadora Marta Garaulet, experta en cronobiología, lo comprobó en un estudio de la Universidad de Murcia en colaboración con la Universidad estadounidense de Harvard y el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
¿Pero qué es comer tarde? Lo ideal es comer como máximo hasta las 13.30 o 14 horas, señala la catedrática de Fisiología de la Universidad de Murcia. “Hemos demostrado que hay un ritmo diario en la microbiota”, explica Garaulet. Eso quiere decir que la diversidad de las bacterias cambia a lo largo del día y de la noche. “Y a mayor diversidad, mejor salud”, apunta.
La prueba se hizo un grupo de mujeres que comieron lo mismo, pero una semana a las 14 y otra semana a las 17.30 horas. El estudio contó con el investigador Frank Scheer de la Universidad de Harvard.
“Hemos visto que se invierte completamente el patrón del ritmo de las bacterias que, en solo una semana, se adaptan en su composición, diversidad y abundancia en función de la hora de la comida cambiando así su ritmo”, indicó Scheer. Ese cambio en la hora de comer de una semana a otra puede tener sus consecuencias fisiológicas en las personas.
“Los ritmos que se asocian a comer tarde son más obesogénicos, más inflamatorios. Y, además, podría explicar en parte por qué cuando las personas comen tarde pierden menos peso en un tratamiento dietético”, señaló.
Y sobre todo se observa en las bacterias orales. La saliva es importante porque con ella tragamos millones de bacterias que colonizan el intestino. “Se ha demostrado, según un estudio reciente publicado en Science, que las bacterias orales que tragamos influyen de forma importante en la inflamación del intestino y en enfermedades como la de Crohn”, indicaron los autores del trabajo. “De esta manera estamos explicando por qué comer tarde en la comida principal, en la del mediodía, que supone un 45% de la energía del día, es una entrada masiva de energía y la bacteria se adapta y esa adaptación cuando es muy tarde puede asociarse con problemas metabólicos”.
Según las conclusiones del estudio, lo ideal es comer entre las 13.30 y 14.00. Pero todavía hay incógnitas que están pendientes de resolver. “La gran pregunta es si depende del tiempo de ayuno desde el desayuno, si depende de la hora real del día o de tu reloj biológico ya que hay gente que tiene el cronotipo tardío y comer a las tres de la tarde, en su reloj biológico, es como comer a la una de la tarde para otros”, manifestaron los expertos. Hacer la comida antes de las tres y que está sea la de mayor ingesta calórica del día se convierte en las opciones más saludables para nuestro organismo.