Los trabalenguas son oraciones breves que incluyen palabras o sonidos que son muy parecidos entre sí (parónimos) y que si se leen rápido, se hace difícil de pronunciar correctamente. El desafío es repetirlo muchas veces hasta equivocarse. La idea es un juego donde hay competencia con uno mismo
Y aunque el origen es incierto, hay evidencia de que algunos surgieron duranteel Imperio romano, muchoantes al nacimiento de Cristo.
Por ejemplo en latín: O Tite tute Tati tibi tanta tyranne tulisti (¡Oh Tito Tacio, tirano, tú mismo te atrajiste tan terribles desgracias!) del poeta romano Quinto Ennio (239 a. C. – 169 a. C.)
Y desde entonces se pueden encontrar trabalenguas en varios idiomas y en diferentes tiempos. Pero estudios recientes sobre el cerebro revelaron la razón detrás de la dificultad de pronunciarlos.
“El trabalenguas está hecho para engañar”, explica la neuropediatra María José Mas Salguero a BBC Mundo.
“A pesar de que el cerebro está muy bien organizado -sobre todo la parte motora, que es la que mueve los músculos para hablar- al pronunciar un trabalenguas rápido, llega un momento que te puedes equivocar”, dice.
La parte de la corteza motora del cerebro que controla los movimientos de la lengua, la laringe y los labios es muy extensa, porque los movimientos que hacemos para hablar son muy complejos.
Un estudio de 2013 de la Universidad de California, Estados Unidos, reveló que el cerebro coordina la articulación de las palabras no por el sonido, como se creía en el pasado, sino por los músculos que necesita mover.
Entonces la producción de ciertas consonantes y vocales cuya posición de la lengua o de los labios son parecidas o próximas se dificulta. El problema aparece porque en esta repetición de sonidos y palabras similares de los trabalenguas se requiere el mismo movimiento y es aquí donde el cerebro se confunde.
¿Cuándo podés confundirte?
En el idioma español, por ejemplo, para pronunciar las letras ‘r’, ‘l’ y ‘t’, necesitás mover la parte delantera de la lengua.
Por eso, decir rápido el trabalenguas “Tres tristes tigres comían trigo en un trigal”, puede llegar a confundirte.
Ese también es el caso de las vocales ‘a’ y ‘o’ que se emiten con la boca abierta. Si las pronuncias cerca, puedes llegar a equivocarte.
A ver qué tal te va con este: “El cloro no aclara la cara del loro con aro de oro, claro que el cloro aclara el aro de oro en la cara del loro”.
Esa combinación hace que el cerebro se confunda en donde tiene que poner la lengua, porque lo tiene que decir rápido y tampoco tiene mucho sentido.
Los trabalenguas pueden ser beneficiosos para mejorar el habla, pero no en todos los casos. Se usan con algunos chicos, especialmente aquellos con dislalia, que es un trastorno de la articulación por el cual la lengua tiene la dificultad para conseguir la fuerza necesaria para hacer un sonido en particular.
Pero si un chico tiene mucha dificultad para organizar el punto articulatorio, no se lo puede someter a la complejidad del trabalenguas, porque terminas frustrándolo.
En general, los trabalenguas tienen beneficios para mejorar la dicción y el ritmo del lenguaje.