El sexo, el contacto físico y abrazarse tienen muchos beneficios para la salud, por eso no es de extrañar que besarse sea una forma más de cuidar tu bienestar. Existen diversos tipos de beso y cada uno de ellos produce distintas reacciones en el cuerpo.
Los besos cuidan distintas partes de tu cuerpo y también de tu salud mental:
Cerebro: besar genera la secreción de un seguido de hormonas tales como oxitocina, dopamina y serotonina que mejoran el estado de ánimo y la autoestima, reducen el estrés y fomentan sentimientos de afecto y vinculación.
Corazón: los besos incrementan el ritmo cardíaco a la vez que dilatan los vasos sanguíneos lo que genera un aumento de la circulación y disminuye de forma casi inmediata la presión arterial.
Cabeza: la dilatación de los vasos sanguíneos con la consecuente disminución de la presión arterial alivia los dolores de cabeza. Por otro lado, una de las principales causas de la cefalea es el estrés que se combate con los besos.
Boca: cuando besamos a alguien se activan las glándulas salivales y el flujo salival aumenta. La saliva contiene sustancias que combaten a las bacterias, virus y hongos que producen las enfermedades orales, por lo que un beso profundo ayuda a mantener la boca, dientes y encías saludables. Además, se lubrica la boca, ayuda a tragar y evitar que los restos de comida se peguen a los dientes, lo que puede conducir a la prevención de caries.
Sistema inmunológico: en un beso de 10 segundos se comparten alrededor de 80 millones de bacterias, un 20 por ciento de éstas son únicas y al compartirlas se fortalece el sistema inmunitario.
Rostro: dar un beso puede involucrar de 2 a 34 músculos faciales por lo que es una especie de gimnasia para la cara y el cuello. Desarrollar los músculos faciales puede estimular la producción de colágeno, que contribuye a tener una piel más tersa y con mejor aspecto.
Ovarios: la dilatación de los vasos sanguíneos y la elevación de la circulación puede colaborar en reducir los dolores menstruales.
Libido: el apetito sexual se despierta con los besos porque la saliva contiene testosterona, una hormona clave para la excitación.