Los chicos pasan la mayor parte del año en la escuela. Por eso, cuando llegan las vacaciones surgen las dudas sobre qué hacer con el tiempo que están en casa. Hay que recordar que las vacaciones son necesarias, que a veces las cargas cotidianas que tienen los chicos –entre las actividades escolares y las extracurriculares– hacen que se agoten al llegar a fin de año, lo que puede afectar a la salud.
Muchas veces, los adultos cometemos el error de creer que las vacaciones son un tiempo para repasar contenido escolar si se llevaron materias, que se van a olvidar lo que aprendieron o que hay que aprovechar esas semanas para que aprendan cosas nuevas.
Sin embargo, lo más recomendable durante las vacaciones es que hagan actividades recreativas, porqueel ocio también es saludable. No hay que buscar llenarlos de actividades y dejarlos sin tiempo libre: los chicos deben tener tiempo de descansar, de jugar, de disfrutar.
Qué cosas no tenemos que hacer con los chicos:
-Obligarlos a estudiar: todos necesitamos tiempos de descanso, los chicos también.
-Mandarlos a hacer las actividades educativas que no pudieron hacer durante el año: si queda pendiente estudiar un idioma, o hacer algún deporte, es mejor esperar a que se inicien las actividades de marzo nuevamente y darles un respiro.
Qué actividades podemos hacer en vacaciones:
-Fomentar la lectura placentera: muchas veces los chicos asocian la lectura al estudio y por eso no les gusta leer. Durante los tiempos libres pueden leer libros acordes a su edad de temáticas que sean de su interés.
-Que realicen actividades en equipo: los juegos grupales entre pares sirven para fomentar el compañerismo, la diversidad y la inclusión.
-Ver qué alternativas para niños (y no tan niños) ofrecen las agendas culturales del lugar donde vivimos: durante el verano siempre hay actividades gratuitas para realizar con los chicos.
Tenemos que recordar siempre que lo más importante que les podemos dar a los chicos de nuestras familias es tiempo. Por eso las vacaciones no tienen que ser un momento de ponerse al día con tareas escolares o de gastar innecesariamente, tienen que ser un tiempo de ocio compartido, donde se puedan fomentar el diálogo y el respeto.
(*) La autora es Licenciada en Ciencia de la Educación.