Santa Fe logró el título Argentino de mayores después de 16 años y lo hizo con un equipo muy joven, renovado, que se terminó de construir e identificar dentro del mismo certamen en San Luis y permitió cerrar el año de la mejor manera. Marcelo Sandoval fue su conductor y a pedido de Febasantafe.com.ar resumió sus secretos y se animó al uno x uno del plantel.
Santa Fe logró el título Argentino de mayores después de 16 años y lo hizo con un equipo muy joven, renovado, que se terminó de construir e identificar dentro del mismo certamen en San Luis y permitió cerrar el año de la mejor manera. Marcelo Sandoval fue su conductor y a pedido de Febasantafe.com.ar resumió sus secretos y se animó al uno x uno del plantel.
“Lo mejor del equipo fue que cada una pudo entender el rol que cumplía dentro del grupo. Primero se armó un gran grupo y luego un gran equipo, porque cada una de las jugadoras dejó de lado las aspiraciones individuales para poner su talento en pos del equipo. Creo que ahí estuvo la gran virtud de todos”, analizó Sandoval, entrenador de Atalaya en los torneos rosarinos y subcampeón de la primera edición de la Copa Santa Fe.
“El objetivo que planteamos en la concentración en Firmat fue mejorar el quinto lugar, no era llegar a semifinales. Sé que era lo mismo, pero ese juego de palabras nos dio confianza y nos sacó presión. Necesitábamos ganar un juego de los dos del grupo para llegar a esa instancia y cuando perdimos ese primer duelo ante Buenos Aires nos dimos cuenta de que fue por errores propios. En la cena de ese día quedó claro que había ganas de revancha, de superarse en la práctica del jueves y ya se percibía que el equipo estaba bien, que podíamos”, agregó Pichi, entrerriano que hace tiempo trabaja en el básquet santafesino.
“Sacamos ventaja porque el equipo creyó. Creyeron en ellas y en nosotros. Trataron de resolver y de cumplir cada cosa que les pedimos. Nos dio mucho orgullo que lo tomen así porque el duelo con Entre Ríos fue un juego de ajedrez y ahí se terminó de consolidar el equipo”, afirmó Sandoval, que apunta a la proyección del plantel: “Ganar o perder un torneo no cambia mi idea: este equipo estaba planteado a dos o tres años. Pero este éxito nos hace las cosas más fáciles para lo que viene. Las jugadoras creen en el proceso, están convencidas que este es el camino y va a ser más fácil para mí si sigo o para el entrenador que venga”, explicó el entrenador de Atalaya, y compartió la idea de que el trabajo sea homogéneo: “Hay una idea de seguir una línea en la Federación y de mantener diálogo con las entrenadoras de las categorías menores y eso da resultado”.
UNO x UNO
Andrea Rébola: “La capitana del equipo. Le costó un poco en los dos primeros partidos pero en la semifinal y final mostró toda sus experiencia y jerarquía tanto en defensa como en ataque. Tremenda capitana llevando el grupo para adelante.
Candela Gentinetta: “Talento puro, una cabeza excepcional, aplicada tácticamente, jugadora de otro nivel. Por algo fue elegida la mejor del torneo. Equilibrio, rebotes, tiene jerarquía”.
Candela Foresto: “Es mi base (en Atalaya), es la que más me conoce, me entiende. Jugó un tremendo torneo y c reo si no era Gentinetta la MVP, era ella. Jugó de igual a igual contra todas las bases. Tremendo torneo en la conducción y liderazgo. Tiene gol, talento y entrega.
Laila Raviolo: “Arrancó de menor a mayor y le tocó resignar protagonismo ofensivo pero lo supo manejar. Venia de ser MVP en Capital y acá le pedimos mucho sacrificio defensivo. Tuvo entrega y dedicación y resignó cosas. Muy destacable, muy positiva para el grupo”.
Lucia Operto: “Le tocó lo más complicado porque ella iba a ser el recambio de Johana Puchetti, que por un problema personal no pudo estar. Debió hacerse cargo de los minutos, aceptó el desafío y con coraje se sacrificó. Jugó un buen torneo y tomó decisiones. Cumplió con creces”.
Dalma Piri: “Es un tornado. Cuando saltaba del banco el equipo tenía dos cambios más tanto en defensa como ataque. Es una tremenda jugadora en los dos costados. Contagió su energía, se la inyectaba al equipo. Nos dio soluciones. Nunca una cara de enojada por ser suplente”.
Yanet Traid: “Automáticamente comprendió su rol, de guiar a las más chicas y dentro de la cancha nos dio buenos minutos de defensa cuando no estuvo fina en ataque. Muy contentos con ella”.
Belén Jarupkin: “La Plaga. Predisposición ante todo, porque se sumó para suplir una baja y en apenas unas horas ya estaba en la concentración. Eso es impagable. Sumó desde todos lados. Es docente en el Isef de Santa Fe y sabía lo que es compartir un grupo con menores. Nos dio un montón en defensa, con pasión y entrega. En ataque tuvo unas ráfagas que fueron vitales para el equipo”.
Dafne Burguener: “Una de las más chicas del equipo. No le tocó tener acción en los últimos juegos, pero nunca se molestó, siempre sumó. Cuando estuvo en cancha en los primeros partidos cumplió como jugadora de equipo”.
Guadalupe Goetschi: “Habla poco pero demuestra mucho en la cancha. Es una interna de poca talla pero tiene carácter, no tiene temor, va al frente. Es u17, así que hay futuro”.
Agustina Bazán y Paulina Villanueva: “Las dos más chicas del equipo. Tienen un tremendo futuro, mucho talento físico también. Cumplieron con creces. Paulina es quizás más técnica y Agustina muy potente. Al ser las más chicas eran las que más cuidaba al grupo pero también las que aportaban mayor alegría. Tienen un futuro enorme, si se lo proponen pueden jugar a otro nivel”.
El último festejo
Santa Fe se remonta a 2003 en los festejos de Argentinos de Mayores femeninos. La final fue ante Córdoba y se ganó tras dos suplementarios con 38 puntos de la rosarina Daniela Oldani.
Daniel Arcari fue el entrenador y se perdió la final por estar expulsado. Colaboró con él Sergio Moyano y el plantel tuvo a Oldani, Verónica Rodríguez, Jésica Gallardo, María Florencia Villarreal, Marisol Maris, Marcia Corba, Jésica Luchessi, Claudia Domínguez, Valentina Maggi, Yésika Yost, Cecilia Quiroga y Mariana Carrizo.