Argentina cayó por errores propios, producto de la falta de tiempo de trabajo en conjunto, y las virtudes, pocas pero determinantes, de Venezuela, que además tuvo en Michael Carrera (33 puntos y 13 rebotes), una pesadilla para los dirigidos por Sergio Hernández.
A lo largo del partido, la Argentina no tuvo demasiado juego en conjunto. Caminó mejor cuando José Vildoza estuvo en la conducción, pero siempre terminó definiendo alguna individualidad, Máximo Fjellerup (8 puntos), Selem Safar (13 puntos), Roberto Acuña (15 puntos y 4 rebotes), y Juan Pablo Vaulet (9 puntos), en distintos momentos del partido.
Con esos simples argumentos llegó a sacar, en el primer tiempo una máxima de 5 puntos (20-15 y 33-28), pero como todo era bastante endeble, Venezuela siempre “regresó” al juego, aunque nunca pudo adelantarse en el marcador.
Y los motivos por los cuales Venezuela siempre se mantuvo a tiro fueron, además de lo poco que juba Argentina, su defensa, y la diferencia que marcaban Carrera y David Cubillán.
A pesar de lo poco que mostraban ambos equipos, Argentina pareció tener encarrilado el juego en el arranque del último cuarto, cuando sacó 10 puntos de diferencia (58-48), pero no alcanzó.
Argentina no sólo se quedó sin el poco juego que había mostrado hasta entonces, sino también empezó a errar. Safar se quedó sin gol; Facundo Piñero continuó si acertar (6 puntos, con 2/10); Fjellerup y Vildoza tiraban mal parados y erraban.
Ante tan poco, Venezuela liderado por Carrera y pasó al frente (62-60) cuando al partido le quedaban más de 5 minutos por jugar, pero Argentina no estaba en su noche y terminó perdiendo.
Ambos seleccionados volverán a verse las caras el próximo domingo, a partir de las 18, en el Poliedro de Caracas. ¿Habrá revancha?