Andrés Parra relató detalles de su difícil historia por su adicción a la comida y contó cómo se encuentra en su actualidad en esta lucha que tiene hace varios años en su vida.
En una entrevista con Juan Etchegoyen en “Mitre Live” (lunes a viernes a las 17 en el Instagram de Radio Mitre) y desde Bogotá, el actor colombiano confesó que todavía sufre por esto aunque haya bajado muchísimo de peso.
“Yo soy un adicto a la comida. Estoy flaco y no sé ni cómo lo logré. No hay un sólo día que yo no piense en comer. Fue algo de lo que aprendí. El éxito de cambiar así es entender que esto es una enfermedad que te va a acompañar el resto de la vida y que la dieta es para toda la vida. Y que el autocontrol es para toda la vida. Es como ser un alcohólico o un drogadicto, o ser un fármaco adicto“, comenzó diciendo el artista.
En ese sentido, afirmó: “No es un tema de hacer dieta y mañana comer siete hamburguesas porque se engorda. Es mi lucha diaria. Es todos los días. Por este tema sufrí bullying en mi infancia, obvio, quién no. Yo era un gordo, un niño con tetas en el colegio. Me decían así. A mi me daba pena quitarme la camiseta. De mí se burlaban. A la gente no le gustan los gorditos. Y los niños son muy crueles“.
“A veces hay gente que por las redes sociales me dicen que tuve que adelgazar para que le ofezcan personajes importantes. Qué equivocados están. Yo toqué la gloria de mi profesión estando gordo. Me dieron muy buenos personajes. Yo no me adelgazé por eso. Para hacer a Pablo Escobar tuve que adelgazar porque estaba mucho más gordo”, agregó.
“Se requiere mucha voluntad para bajar de peso. Yo llevo en esto ocho, nueve años. Todos los días toca. Ahora hago bicicleta, ese es mi deporte. Este año iba a debutar como atleta y echó todo a perder. Es un objetivo que tengo para mi retiro. Cuando no me llamen para actuar, sería bueno dedicarme a hacer triatlones por ahí”, dijo al respecto sobre su actividad física.
Y concluyó: “Yo me engordo por ansiedad, me imagino. Soy gordo desde los 10, 11 años. Yo fui gordo 30 años. Y de la adicción me doy cuenta después porque me entero que en Bogotá están los comedores compulsivos anónimos. Y me interesó mucho el tema. Uno desde que se levanta hasta que se acuesta está pensando en comer. Uno cuando entiende eso, sabe que tiene que pedir ayuda. Uno no puede hacerlo solo”.