Sin duda, para muchos uno de los días más importantes de la vida es su casamiento. Alex Pearce, de 36 años, sabe que esta es una fecha irrepetible y por ello tomó una conmovedora decisión para que su abuelo, Graham Burley, pudiera verla con su vestido de novia. Graham, un hombre de 87 años, no pudo asistir a la boda de su adorada nieta por ser una persona de alto riesgo en medio de la pandemia del COVID-19, motivo por el que la joven optó por conducir largas horas para ir hasta donde él se encontraba.
Alex se desempeña como cirujana facial en King’s College Hospital, en el distrito de Lambeth de Londres, y tras 2 años y medio de relación contrajo matrimonio con Phillip, un dentista. El pasado 29 de agosto Alex y Phillip dijeron “acepto” en el altar, durante una ceremonia que contó con 30 invitados, de acuerdo a las restricciones del coronavirus. Después de su casamiento la pareja decidió ir a ver al abuelo de la mujer, quien reside en un geriátrico a 300 kilómetros, pensando que esta era la mejor manera de incluirlo en este especial momento. Vestidos con sus trajes de boda Alex y Phillip, después de que les tomaron la temperatura, se sentaron detrás de la puerta transparente del Court Lodge Care Home en Hampshire, donde vive Graham.
Los tres tomaron champán y comieron pastel. Al verlos, el abuelito no pudo contener las lágrimas de la emoción. “Era un riesgo demasiado alto para él asistir a la boda y habría afectado a todo el asilo de ancianos, por lo que pensamos que sería bueno pasar y visitar él”, comentó la novia. “Cuando nos presentamos en el hogar de ancianos fue una completa sorpresa para el abuelo, pero obviamente el personal lo sabía. Se echó a llorar tan pronto como nos vio. Fue increíblemente especial visitarlo”, añadió. El propio Graham expresó que fue muy emotivo aquel momento con su nieta. “Significó mucho poder ver a Alex con el hermoso vestido de novia blanco que usó en su día especial”, aseguró.