Cuenta una leyenda china que la diosa Chang’e vive en la Luna, acompañada solo por un conejo y esperando eternamente a su amor, el guerrero HouYi. Así comienza también “Más allá de la Luna”, la nueva producción animada de Netflix que tiene como protagonista a una niña soñadora y de gran carácter que pondrá en marcha sus planes para visitar a la diosa.
La película tiene mucha música y momentos para reír en familia. No es así el comienzo, que tiene un “golpe bajo” que recuerda a varias películas típicas de Disney: la pequeña Fei Fei sufre la muerte de su madre y la nostalgia acompaña por largos minutos. La devoción que ambas tenían por la leyenda de la diosa de la Luna transformará a la niña en una fanática de las ciencias y el espacio.
Pero todo cambia cuando su padre le presenta a su nueva pareja y al hijo de ella. Fei Fei no puede asumir esa nueva normalidad y, como si fuera poco, su familia comienza a cuestionar la leyenda de Chang’e.
Es entonces cuando la niña de 12 años, de cabello rebelde y mejor promedio de su clase, pondrá todo su empeño en construir un cohete que la llevará a la Luna. “Es la historia de una niña fuerte, que sueña lo imposible: que puede ir a la Luna. ¿Se lo pide a una estrella? No, lo logra con la ciencia y sus estudios de matemática, hace esfuerzos para lograrlo por sí misma”, dijo en diálogo con VíaPaís una de las productoras, Peilin Chou.
Es una aventura a puro color, que lleva el toque del reconocido animador Glen Keane, que trabajó para Disney durante años hasta su desembarco en Netflix.
Los cálculos matemáticos se funden con la divinidad en una hora y media donde la cultura china es, sin dudas, protagonista. Una vez que vimos lo tradicional de las cenas ante la mesa de comedor giratoria, las estatuas de dragones y las flores de loto sobre el río que atraviesa la aldea, aparece un número de K-pop para mostrar lo más moderno de la cultura asiática.
Más allá de la luna, de China y de la leyenda, el film tiene un mensaje terrenal. La guionista de la historia, Audrey Wells, que falleció mientras se producía la película, estaba ya gravemente enferma cuando armó el libreto. Y lo escribió con una clara intención: mostrarle a su hija y a todos los niños la importancia de seguir adelante a pesar de perder a los seres queridos.
Con la atención puesta en la independiencia de la protagonista-heroína, y con temáticas tan actuales como son las familias “ensambladas”, la película lleva a los niños a una visita exprés por china, mientras se esfuerza por transmitir de la forma más simple posible que la cultura china no tiene por qué ser ajena al “Occidente”.
Lo que sí es muy probable: que el próximo Festival de la Luna lo quieran celebrar muchos niños, más allá de China.