La historia de Patricia Ranza es de esas que ya no deberían sorprendernos, pero que sin dudas llaman la atención. En medio de la necesidad de un trabajo, lo que encontró fue una profesión, una pasión.
Tiene 25 años y se define a sí misma como albañil. Todo empezó en el año 2017 y gracias a la ayuda de un amigo, Julián.
“Por cuestiones de laburo, que no tenía, lo veía hacer, y un día le dije que le daba una mano y que me enseñe”, contó Patricia a LT10 sobre el puntapié inicial de su oficio.
“Yo no tenía experiencia, y empecé con hacerle la canchada (masa de cemento, arena y agua con la que se hace el hormigón), pasarle los baldes, y limpiar. Después fui viendo como revocaba y me tiré al revoque”, agregó sobre sus primeros pasos en un trabajo que está identificado con los hombres.
Actualmente ocupa el puesto de ayudante de peón en una empresa santafesina, y su bien en materia de fuerza no hacer todo por igual, si trabaja en minimizar esas diferencias: “manejo la maquina proyectadora, preparo el fino. Este oficio me gusta, me veo bien en esto”.
“Nunca me imaginé, siempre fue algo particular con un amigo, estoy agradecida por el puesto de trabajo que nos pudieron dar”, agregó Patricia, que también asegura que su mamá “está re contenta” y que, junto a su amigo, es quien más la incentivó para romper cualquier tipo de barrera.
La historia de Patricia, la mujer albañil que deconstruye oficios ► https://t.co/EsMjbIoAay pic.twitter.com/NQaLTSDZg9
— LT10 (@radiolt10) June 10, 2021