Un subcomisario de la Policía de Salta fue asesinado de un golpe en la cabeza realizado con un palo cuando intervino en una gresca que se produjo en el marco de una fiesta clandestina celebrada en la localidad de El Galpón, en la zona central de Salta.
Según se informó, el crimen, por el que fueron detenidos dos jóvenes que habitaban la vivienda en la que se desarrollaba la reunión, ocurrió alrededor de las 2:00 de la madrugada del sábado y tuvo como víctima al subcomisario Manuel Alberto Pistán, de 43 años.
Los detenidos resultaron ser dos jóvenes hermanos de apellido Puntano, de 21 y 25 años, que vivían en el domicilio en el que se desarrollaba la fiesta, la cual no cumplía con las restricciones sanitarias que aún perduran en la provincia por la pandemia de coronavirus.
Pistán, junto con otro policía de apellido Rodríguez, acudió al lugar ante un llamado a la comisaría local que denunciaba que se habían iniciado disturbios.
De acuerdo con lo informado por el diario El Tribuno, en el momento en el que intervinieron en la pelea entre dos bandos, los policías fueron agredidos y Pistán recibió un palazo en la cabeza, por lo que fue derribado.
Si bien Rodríguez fue objeto de una agresión similar, el casco que llevaba hizo que sufriera consecuencias menores.
El subcomisario fue llevado al hospital local, desde donde fue trasladado con rumbo al Hospital San Bernardo, de la ciudad de Salta, aunque en el trayecto, el grave estado del paciente hizo que se parara en el Instituto Güemes, donde al mediodía de la misma jornada le declararon muerte cerebral y cerca de las 16:00 se confirmó su deceso.
Los hermanos acusados del crimen fueron detenidos a unos siete kilómetros de la casa que habitaban, en el interior de otra finca.
Los sospechosos estaban mojados, ya que aparentemente habían cruzado un río en su desesperada fuga a pie.
La subjefa de la Policía de Salta, la comisaria Adriana Herrera, dijo que la madre de los hermanos declaró que "ellos sabían que se habían mandado una macana".
"La madre tenía miedo de que el personal policial golpeara a sus hijos, porque entendía que estaban molestos, pero se actuó profesionalmente, más allá del dolor que se pudiera tener", resaltó la jefa policial, que viajó a El Galpón, a 160 kilómetros de la capital provincial, para despedir al oficial fallecido.