El golfista estadounidense Tiger Woods, ex número 1 del mundo, regresará al circuito la semana próxima y en el mismo torneo en el que jugó por última vez hace un año, antes del accidente de tránsito que le provocó serias heridas en sus piernas.
"Fue un año difícil y me siento muy entusiasmado de cerrarlo jugando en compañía de mi hijo (Charlie). No podría sentirme más ilusionado y orgulloso", resumió Woods, al confirmar oficialmente su presencia en el PNC Championship que se disputará del 16 al 19 de diciembre en Orlando, Florida.
Hace exactamente un año y en ese mismo torneo, en el que las grandes luminarias de este deporte participan acompañados por algún familiar (padre, madre, hijo o nieto), Charlie Woods se "robó" la escena con una actuación memorable, recordó ANSA.
Ahora, los focos se centrarán en el regreso de su padre tras un año complicado en el que debió ser sometido a operaciones para reparar las heridas que sufrió en un accidente de tránsito en Los Angeles, en febrero de este año, y volver a caminar.
Días atrás, y respecto de las secuelas del accidente, Woods dijo en diálogo con Golf Digest: "Estoy en condiciones de volver a jugar al golf, pero todavía no me atrevería a decir en qué nivel. Por eso me resulta imposible anticipar cuándo estaré en condiciones de disputar un torneo del PGA Tour. Así son las cosas para mí a partir de ahora. Es una realidad desafortunada, pero es mi realidad".
"Hubo un momento en el que corrí el riesgo de dejar el hospital con una pierna menos. Todavía tengo dolores en la pierna y en la espalda. Esta rehabilitación de la pierna derecha fue sin dudas la más compleja que me tocó vivir. Fue muy dura y el camino que me queda por recorrer aún es largo", completó.
Antes del accidente, Woods había tenido ausencias en el circuito debido a las lesiones que lo obligaron a someterse a operaciones en la espalda (en 2014 y 2017) y la rodilla.