Es importante respetar los tiempos de vida útil de los alimentos para evitar intoxicaciones y disfrutar de los platos en su mejor momento. Científicos de la Universidad de Coventry del Reino Unido crearon una guía de consumo preferente para algunas comidas típicas de esta época y, aunque concluyeron que el tiempo útil del recalentado era de tres días, esta regla no aplica a todos los alimentos.
Antes que nada hay que considerar las características de cada plato y su propio proceso de preparación. Toda comida debe almacenarse y refrigerarse de forma adecuada apenas termine la cena.
Las ensaladas son las más delicadas, sobre todo si incluyen lácteos o mayonesa. El consumo deberá hacerse en 24 horas a más tardar, después puede que el sabor no sea el
más agradable.
Los purés pueden durar hasta tres días, ya que suelen contener lácteos. Esto mismo aplica para otras preparaciones como papas horneadas o guarniciones con vegetales en general.
Las pastas tienen mayor duración de cuatro días, sobre todo si las refrigerás en recipientes herméticos y libres de humedad, mientras que las salsas caseras pueden durar dos días, ya que no tienen conservantes.
Las carnes son productos de gran resistencia. Procurá guardarlas bien para que no se endurezcan y podrás disfrutarlas por cuatro días. En el caso del pescado, solo aguanta un día después porque es delicado y de rápida fermentación.