Este jueves el mundo del deporte recibió otra triste noticia: el fallecimiento del brasileño Pelé a los 82 años, luego de pelear contra un cáncer de colón. A partir de ahí, emerge la leyenda de uno de los mejores jugadores de la historia.
Justamente hay un recuerdo de O Rei con el futbol de Santa Fe. Justamente el pasado 10 de mayo se cumplieron 58 años de la histórica victoria de Colón ante el poderoso Santos de Edson Arantes Do Nascimento 2-1, gracias a los goles de Fernando López y Demetrio Gómez, en Santa Fe. Producto de este triunfo, comenzó a cimentare el mote de Cementerio de los Elefantes.
El Sabalero militaba en el ascenso y lejos estaba de ser de esos equipos encumbrados. Pero el destino le tuvo una sorpresa preparada, logrando algo que quedaría marcado a fuego para toda la eternidad: sepultar a un equipo que arrasaba donde jugaba. "Santos estaba en una fase muy buena, en la que ganaba casi todos los torneos y hasta los amistosos. Justo ese día perdemos 2-1", contó Pelé en diálogo con el periodista santafesino Daniel Jovellano, quien tuvo la posibilidad de tener un histórico mano a mano en una conferencia de prensa en otro país décadas después.
Los años fueron pasando y nunca se lo escuchó al crack brasileño hablar de dicho partido. Más que nada, porque tuvo una mayor relevancia para los santafesinos que en otras partes, pese a ser un hito. "Siempre se habló de una revancha. Santos hacía dos o tres partidos comúnmente, cosa que ahora no es posible, porque los tiempos son otros. Pero sí, Santos pidió para hacer otro partido y no fue posible", resaltó.
El presidente sabalero era el recordado Ítalo Giménez, quien nunca dijo abiertamente que hubo una posibilidad de jugar una revancha en Brasil, pero gente cercana a su entorno se enteró que no solo recibió la propuesta, sino que además le habían prometido correr con los gastos y que Colón se quede con la recaudación. Pero su respuesta fue "¡no!" para que esta marca quede para la posteridad.
"Es algo que uno nunca puede olvidar, porque Santos no perdía nunca y le tocó justo ahí en Santa Fe", admitió Pelé, dejando en claro que es una espina clavada que no se pudo sacar.